La batalla parece estar dando la vuelta en el Hospital General Mario Madrazo del IMSS, en donde el lunes, en un solo día, se registraron 12 altas de personas que ingresaron graves por covid-19, la cifra más alta en lo que va de la actual pandemia. Tras días de derrotas, de fallecidos, de malas noticias, el personal hospitalario aplaudió a esta docena de personas que lograron salir por su propio pie.
Juana fue dada de alta el lunes a las dos de la tarde. Apenas podía hablar. Derramaba lágrimas de felicidad por haber sobrevivido, aunque su esposo Salvador no tuvo la misma suerte. Él murió el domingo pasado, a unos metros de la cama de Juana. Su voz es apenas perceptible, le cuesta trabajo hablar porque la fatiga le hace arrastrar las palabras.
-¿Cómo se siente?, le pregunta el director del Hospital, el doctor Normando Cano, quien la acompaña hasta la zona de altas.
-Todavía cansada, desubicada, pero viva, le dice la mujer.
El esposo de Juana tenía 72 años, era médico en el hospital General de Iztapalapa. Ahí se contagió y no logró sobrevivir. Juana fue llevada por sus hijas al hospital hace una semana, porque la calentura no cesaba y el cansancio no le permitía ponerse siquiera en pie.

Ayer, en el Hospital General Mario Madrazo del IMSS cundió la esperanza. Junto con Juana, otras 11 personas salieron por la puerta frontal. Es una experiencia que no habían vivido en más de mes y medio de batalla.
Entre los cuatro pisos del hospital hay 148 pacientes hospitalizados, de ellos, 32 están intubados en el área de urgencias.
En la misma zona de egresos del hospital aguarda Magdalena a que le surtan la receta de su esposo Gerardo, de 55 años. Requiere azitromicina y otros cuatro medicamentos, pero ya está en casa en la Unidad Vicente Guerrero en Iztapalapa y se siente mejor. El domingo fue dado de alta. Su nieto lo esperaba con globos y una cálida bienvenida.
"Bajó mucho de peso, está cansado pero hoy amaneció mucho mejor. La verdad es que estamos muy contentos porque logró vencer esta enfermedad", relata su esposa, quien asegura que durante los 10 días que pasó hospitalizado, recibía comunicación del personal médico para darle información sobre su evolución. Gerardo estuvo delicado pero no fue intubado.
El hospital, ubicado en Coapa, al sur de la ciudad, se ha convertido en una esperanza para los pacientes que a diario son dados de alta. Aunque todavía hay un ir y venir de ambulancias y carrozas fúnebres, también hay, en promedio, una decena que vuelven a casa todos los días.

El doctor Normando Cano asegura que aunque no hay nada que celebrar todavía, hay buenas noticias que permiten vislumbrar un panorama alentador.
"En la semana que finalizó, si hubo un ingreso bastante notorio de pacientes en estado crítico, nuestro porcentaje de pacientes que ameritaron manejo invasivo de la vía aérea incrementó notoriamente. Pero desde hace 48 horas hemos notado que se observa un descenso. Pero no estaremos afirmando con certeza lo último, si no vemos que esta semana ese movimiento es uniforme totalmente", dijo.
El hospital, que hace dos años sufrió daños por el sismo y permaneció cerrado, hoy nuevamente se encuentra frente a un panorama incierto con los cientos de pacientes covid que han recorrido en camilla o sillas de ruedas sus pasillos recién pintados, pero con una luz que al final alumbra la salida por la que han pasado cientos más que han logrado recuperarse.