Los techos improvisados en una casa en la que viven 6 adultos y dos menores de edad, con espacios reducidos donde para ir al baño se convive con los que se encuentran en la cocina, refleja las complicaciones para quienes viven en zonas vulnerables, son vecinos de basureros y olores fétidos, los miembros de esta familia así viven la pandemia y con “humildad” dicen procurar seguir las medidas sanitarias para evitar contraer a toda costa el virus del que todos hablan, el covid-19.
“Uno como ser humano, debe de saber de antemano, aunque vivamos humildemente, saber que debemos ser limpios, hay personas que no cuidan nada de eso y es imposible andar atrás de ellos, por ejemplo, si tú ves el río aquí, es una suciedad que está muy a la vista”, platicó Luis Antonio vecino del polígono Los Castillos.
Desde hace dos meses se acabó el empleo para el señor Antonio, quien laboraba en la construcción, él se queda en casa y ayuda con labores del hogar, aprovecha en ocasiones los empleos temporales que se le presentan durante la semana, mientras su esposa continúa trabajando como empleada doméstica, comenta, teme que pueda contagiarse de covid-19 al tener contacto con otras personas.
“Sí me da más preocupación por ella que es la que tiene que salir un poco más, pero, así como llega, se baña, se desinfecta y todo. Se lava las manos, y donde trabaja por lo mismo, llega y hace lo mismo, estamos teniendo esa precaución”, dijo.
No es para menos la preocupación, de acuerdo a la Secretaría de Salud de Estado, en los reportes que se encuentran disponibles en el portal de coronavirus.guanajuato.gob.mx muestran que por ocupación de casos confirmados a SARS-CoV2 registrados en Guanajuato, en primer lugar, se ubican los del hogar con un 18.2 por ciento, otros con 17.8, y empleados con el 17.6 por ciento.
“Es un poco difícil por lo mismo de que la misma gente no respeta, nadie lleva un control, yo por mi parte quiero llevarlo, pero si me salgo, la demás gente no entiende, no cree en lo que está pasando”, lamentó.
La crisis de la pandemia ha profundizado en la desigualdad social que existe para quienes viven en colonias marginadas, algunas incluso catalogadas por las autoridades, como zonas donde se concentra la covid-19. En un techo de 7 metros cuadrados, también se cuentan historias como la de Juana, vecina del polígono de Las Joyas, sin trabajo ni que comer.
“Ya nada más estoy esperando a que empiece a llover porque me da un pánico, el otro día llegó un remolino y me voló las láminas, se me moja todo, las bardas ya están podridas, a punto de caerse y luego ahorita que uno no puede salir por los alimentos, no hay casi comida”, relató Juana Arellano.
La casa cuenta con dos cuartos improvisados que se dividen por unas cajas de cartón y cobijas para que no sientan frío, uno de ellos comparte el espacio con el tanque de gas, pues pegado al que debería ser la pieza principal, se encuentra la cocina que mide 1x1, sólo hay una estufa y una olla de frijoles que alimenta a una familia una vez al día.
La limpieza es escasa, suena complicado en una zona donde no hay pavimento, el polvo se cuela por cualquier orificio del techo que fue inventado por ellos, y qué decir del sanitario que no cuenta con puerta y lo único que lo divide de la cocina es una toalla.
“Así vivimos y pues estamos viviendo así por la pandemia y pues estamos comiendo una vez al día, aquí nos mojamos, somos muchas familias, yo vendo semillas, estamos haciendo lo mejor para levantarnos y primeramente Dios a ver cómo nos va, estamos marginados”, comentó Sergio Navarro.
Uso de cubrebocas, aislamiento a medias, es así como viven algunas familias quienes reflejan los desafíos de un confinamiento en espacios pequeños, en medio de salud y pobreza con poca privacidad por falta de espacio.