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Celebran tercer Viernes de Cuaresma con el Señor de las Maravillas

"Siempre le he pedido y todo me lo ha concedido. Gracias a él, saqué a sus hijos de mi hijo adelante", comentó Amanda Flores, devota del "Señor de las Maravillas".

Para Amanda Flores Pala estar frente a la imagen del Señor de las Maravillas representa por sí mismo un consuelo espiritual y refuerza su fe y agradecimiento por todo lo que le ha otorgado.

La mayor gracia que le concedió fue cuando le pidió darle fuerza y los medios para sacar adelante a sus tres nietos, luego de que hace 23 años perdió a su hijo en un accidente automovilístico.

"Siempre le he pedido y todo me lo ha concedido. Gracias a él, saqué a sus hijos de mi hijo adelante. Le tengo mucha fe al señor. Uno es mecánico, el otro trabaja y la niña es maestra de bachiller, y todo gracias a Dios, y siempre, siempre estoy acá", narró la mujer de 67 años de edad mientras por sus mejillas ruedan varias lágrimas.

Este día, por ser el Tercer Viernes de Cuaresma, se celebró desde las cinco de la mañana la efigie del Señor de las Maravillas, quien desde temprana hora fue visitado por decenas de personas quienes acudieron para manifestarle su agradecimiento y también con diferentes peticiones, siendo más socorridas aquellas que tienen que ver con trabajo y salud.

Tal es el caso de Josefa Domínguez , quien se siente en deuda con la imagen debido a que hace cinco años le concedió le controlaran los niveles de azúcar en su cuerpo luego de que le fuera declarada la diabetes.

"Tengo (diabetes), pero más controlada", señaló la mujer de 65 años de edad, quien se apostó en la puerta asignada como la salida del templo, sitio donde regaló bolsas con dulces a todos aquellos que acudieron a venerar al Señor de las Maravillas.

Ella es originaria y residente de la ciudad de Oaxaca lo que no le es impedimento para acudir cada vez que puede durante la Cuaresma y el 1 de julio, cuando se venera la fiesta de la citada imagen entre los católicos.

Contó que desde hace cinco años cumple con esta manda y la seguirá cumpliendo porque esa es la fe que le inculcaron sus padres.

Es la misma postura que sigue desde hace 20 años la señora Lucía Jiménez, pero ella se estableció mínimo estar presente tres veces al año. "(Él) Todo nos da, todo nos cumple, por eso venimos a dar gracias".

También a Doña Lucía fueron sus padres los que le inculcaron venerar al cristo que se venera en el templo de Santa Mónica, ubicado en la calle 5 de mayo 1605 del centro histórico de Puebla, y su petición y agradecimiento es mantenerse saludable a sus 68 años de edad.

"Todos los años estamos aquí. Es lo que me inculcaron y es lo que les inculco a mis hijos, quienes no siempre pueden venir, pero cuando pueden están aquí".

Como ella decenas de personas acudieron al templo durante todo el día, con mucho menos flujo que en su fiesta el primero de julio, pero con la misma devoción llegaron con oraciones y veladoras a ser bendecidos.

De acuerdo con la leyenda, las religiosas agustinas de Santa Mónica ganaron la imagen en una rifa; se dice que una novicia descubrió que durante la noche, la efigie –que data del Siglo XVII y representa una de las caídas que sufrió Cristo en su camino a ser crucificado- era azotada por dos soldados romanos que formaban parte del "paso". El suceso causó conmoción y dio lugar a la gran veneración, convirtiéndose así el Señor de Las Maravillas, en una de las imágenes católicas más veneradas no sólo de Puebla sino del resto del país.

Además de entonarles las tradicionales mañanitas, durante todo el día, se realizó una verbena popular y diversas ceremonias religiosas en el recinto.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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