Ser capitán de la Secretaria de Marina y ser madre se puede. No es fácil porque a veces hay que dejar la casa para apoyar a damnificados y ayudar a salvar vidas, pero Verónica Díaz, capitán subdirectora de Combate a la Contaminación, demuestra que es posible cumplir con ambos compromisos.
Lo sabe porque en octubre del año pasado, cuando el huracán Delta se aproximó a Quintana Roo, la capitán Díaz salió de su hogar en Isla Mujeres para integrarse al Plan Marina y apoyar a las personas que fueron afectadas por las lluvias en tierra continental.
Fue difícil porque en casa se quedaron sus hijos pero nunca hubo duda respecto a lo que tenía que hacer.
“Le dije a mis papás pues ahí se quedan con mis hijos, tengo que estar del otro lado ayudando a la población civil”, recuerda la capitán.
Sabía que una vez que estuviera en el ojo del meteoro y el desastre natural, pasaría días incomunicada pero contó no sólo con la ayuda de su familia, también con la de otras madres de familia de la Secretaría de Marina.
“Nos unimos para dejar a nuestros hijos porque a unas compañeras sí les toco quedarse en la isla. Entonces les dije: 'bueno, a las que les tocó quedarse en isla, juntamos a los niños y que hagan recorridos para echarles un vistazo”.
Durante los 15 días que estuvo en labores de rescate, cada vez que había un poco señal, se comunicaban con la isla para decir: “estamos bien no te preocupes, aquí seguimos”.
Como todos los elementos de la Secretaría de Marina Armada de México, las mujeres que la integran tienen un compromiso con la población mexicana.
Es cierto que ellas hacen un esfuerzo particular pero lo ven como un sacrificio sino un compromiso con la población mexicana al que no renuncian bajo ninguna circunstancia., aun cuando son madres obligadas a proteger a su familia, buscan el equilibrio necesario para cumplir los retos.
“A raíz de que tuve a mi primer hijo me compliqué un poquito al principio pero mi trayectoria y todo lo que logrado hasta ahora ha sido gracias a mi mamá, a mi familia que me ha apoyado en todo momento”, dice la capitán Díaz, quien es responsable de la subdirección de programas de combate a la contaminación, por ejemplo por derrames de hidrocarburo.
Las jornadas de trabaja de Verónica Díaz son 8 de la mañana a las 4 de la tarde y cuando le toca guardia trabaja las 24 horas. Para ser eficiente con ese horario, esa responsabilidad y el grado que ostenta ha contado con un apoyo invaluable: porque así lo decidió la familia, su madre es quien cuida a sus hijos.
Y si el trabajo es doble (como capitán y como madre) la satisfacción también porque al regresar a casa, cuentan a la familia lo que vieron e hicieron.
“Cuando ven el trabajo y nos ven llegar y que estamos, a veces salimos incluso en los medios, y nos dicen ¿qué estás haciendo?, estamos cortando ramas, estamos sacando gente, estamos mandando gente a los albergues. Entonces te ven y es un orgullo para ellos”, dijo.
Con 20 Centros de Desarrollo Infantil y 30 lactarios, la Semar contribuye al desempeño doble de estas mujeres para quienes no cabe duda: el esfuerzo vale la pena.
“Siendo mamá estoy trabajando por ellos, de hecho, uno trabaja por sus hijos; a pesar de todo el sacrificio que puede implicar el dejarlos en casa, en mi caso con familiares, en el caso de otras compañeras en instituciones o a cargo de otras personas, pero la verdad vale la pena el estar aquí”, comentó.
KACY
