Hannia Isabel Notario Nieto, una poblana de 23 años de edad, ama la artesanía mexicana desde su infancia cuando empezó la práctica de la escaramuza charra. Ese gusto por la identidad nacional, su simbolismo y riqueza en el color la hizo emprender la venta en línea de estos productos entre sus amistades y conocidos.
Cuando inició su recorrido por los pueblos mágicos y bazares para adquirir prendas y adornos, jamás imaginó que su negocio por redes sociales sería tan exitoso: ahora tiene dos métodos de entrega: a domicilio y puntos de venta donde van a recoger su pedido, con lo que ha logrado cubrir a varios municipios cercanos a su residencia.
Al ver su negocio floreciente, Notario Nieto consideraba establecer su propio local en el corazón de su natal Tecamachalco, pero la contingencia sanitaria se lo impidió.
“En junio iba a abrir de manera física en la zona centro pero en ese momento por el covid-19 no vi favorable invertir porque tenía que hacer lo de la fachada, toda la adecuación y me dije: ‘ahorita está cañón porque muchos locales están cerrando’. La tienda se llama Xanaí boutique artesanal y el eslogan es la tradición en armonía con la tendencia”.
Explica que adquiere directamente de los artesanos y para ello acude a bazares de Ciudad de México y a localidades donde pudiera negociar con ellos.
Resalta que en la actualidad lo que más está colocando entre sus clientes son aretes y collares para perros, capas, mañanitas y blusas, los tejidos son originarios de las comunidades chiapanecas.
La también estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Medios Digitales en el Itesm Puebla, reitera que el proyecto de la boutique lo gestó desde hace años y con el tiempo lo logró concretar.
Comenta que el proyecto es personal y ella se encarga de todo el proceso. “De contactar a los artesanos, hacer el embalaje, e ir hacer las entregas”. Narra que la idea le surgió porque siempre le ha gustado adquirir y portar huipiles y vestidos mexicanos.
“Me daba cuenta que muchas personas no valoraban ese trabajo (…) el cual requiere mucha dedicación, que lleva mucha tradición, por lo que pensé: ‘porque no ponemos esto como en tendencia’”.
Lamenta que la población en México solo emplee esas prendas en fiestas tradicionales o eventos sociales con esa temática, por lo que sugiere que pueden usarse a diario, siempre con orgullo y respeto por ser un trabajo artesanal con muchas horas de dedicación. Por ello, pide que como ella el resto de los consumidores jamás regateen a los productores de artesanías.
“Hay personas que no compran directo con artesanos sino con distribuidores, y el artesano, que es el productor, la mano de obra de toda esta indumentaria o accesorios, no siempre sale favorecido cuando se hacen los negocios así”.
Por último reitera que ella contacta siempre directo a los fabricantes, sobre todo cuando acude a los pueblos mágicos, a quienes les pregunta si hacen envíos por paquetería.
“Algunas me decían que no o desconocían cómo podían hacerlo, pero otras me decían que sí y que incluso su sobrino les ayudaba. Entonces les decía: páseme su número porque voy a hacer un pedido. Se debe tener ética para respetar el trabajo del artesano”.
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