La joven Ana Karen Sotero de 23 años se hizo conocida a nivel nacional luego de que el pasado 12 de agosto hizo algo hace mucho no se veía, se subió al estrado en el Congreso de la Ciudad de México y con voz enérgica hizo un reclamo directo a las legisladores y legisladoras sobre problemas que afectan a la juventud como seguridad, empleo y educación; pero además fue enérgica al criticar a los funcionarios quienes, asegura, la ignoraban desde sus curules.
Alzar la voz...Al Congreso capitalino...
“Merecemos que se evidencien las dificultades que vivimos. Es importante que nos escuchen. Me parece una falta de respeto que cuando estamos aquí, incluso recibiendo el premio, no nos hagan caso, están en sus propias conversaciones. ¿¡Qué clase de actitud es esta!?”, exclamó la joven ese día.
Durante su participación también denunció que es parte de una comunidad llamada Barrio del Cobradero la cual fue desaparecida por el crimen organizado y como en muchos otros casos acusa que el gobierno tampoco les puso atención.

Pero ¿Quién es ella?: Ana Karen es una joven de origen veracruzano quien, como muchos jóvenes, vino a la capital para continuar con sus estudios y actualmente se encuentra estudiando la carrera de Economía en la UNAM, así como Gestión Territorial en la Universidad Abierta y a Distancia de México. Asimismo creó un Club de Debate llamado “Poder Cultural” con el cual llegó al congreso capitalino ya que fue reconocido como el Premio Estatal de la Juventud.
En entrevista para MILENIO la joven contó cómo una serie de sentimientos encontrados la invadieron ese día, ya que además su participación fue el azar entre los participantes que habían ganado en las distintas categorías, y si bien ya tenía pensado que podría decir en caso de poder participar asegura que lo enérgico de su discurso no fue planeado, sino resultado de la indiferencia de las autoridades ante sus palabras.
“Mi discurso iba menos eufórico, tenía planeado algo porque siempre que tengo la oportunidad de estar en ese tipo de espacios en donde hay funcionarios públicos autoridades académicas o gubernamentales mi discurso siempre va a la crítica, pero lo que pasó fue algo que salió de la frustración, del enojo, porque siempre las autoridades públicas nos están ignorando y solamente nos utilizan como objeto de fotografía”, señaló.
Ana Karen dijo estar sorprendida de que su discurso se haya hecho viral, ya que desde su perspectiva lo normal debería ser que la gente alce la voz ante las injusticias que está cometiendo el gobierno, ser críticos y sobretodo que se cuestione a los funcionarios públicos frente a las distintas problemáticas a nivel nacional.
“Creo que es algo que hemos olvidado hacer, que más allá de estarle celebrando a las autoridades por darnos lo que les corresponde, nuestro trabajo es decirles lo que están haciendo mal y lo que les falta para que estemos bien como sociedad y yo esperaría es que no le dejen una responsabilidad a una sola persona de decir lo que todos pensamos, creo que es responsabilidad de toda la población hablar”, enfatizó.
Desde muy joven asegura que siempre ha sido muy crítica con su entorno, su primer cuestionamiento surgió cuando no entendía porque su familia quiénes son de la zona indígena de Totonacapán de Veracruz era menos propensas a alzar la voz debido a sus características no solamente culturales sino económicas y físicas, y desde entonces ella decidió que siempre quería alzar la voz.
Por lo cual desde muy joven en sus espacios formativos comenzó a cuestionar y sin darse cuenta también a ser crítica sobre la realidad de su entorno, durante sus primeros años de educación acudió a parlamentos infantiles y actividades donde los enseñaron a debatir hasta que en la universidad encontró su pasión creando un grupo en donde además de intercambiar ideas también hubiera más conciencia sobre la realidad política y social del país.
“El club de debate está hecho para ser un espacio inclusivo, lo que aquí hacemos es que las personas sientan que son parte de un espacio seguro y aprendan a utilizar la retórica y que al mismo tiempo más allá de hablar bonito tengan el valor de siempre decir lo que sienten y de defender sus ideales”, destacó.
Ana se define a sí misma como una representación de la fortaleza pero también de la vulnerabilidad que atraviesa a miles de personas en el país frente a hechos como el desplazamiento forzado, la injusticia o la violencia de género, y en ese sentido hizo un llamado a los jóvenes para que nunca dejen de ser críticos y siempre se cuestionen todo lo que dice el Gobierno.
“Yo sé que da mucho miedo hablar porque el sistema nos ha llevado a un momento de miedo en donde incluso el hablar nos puede costar la vida, pero creo que es mejor enunciarnos y decir lo que nos está lastimando por culpa del sistema a quedarnos callados y morir también por culpa del sistema”, precisó.
CHZ