Un modo de ser mexicano
En México, lo afro, ahí donde no pareciera existir o contiene una población a la que le han negado identidad, siempre conserva vestigios en la música, la comida, el desparpajo y la relación con los cuerpos de un modo de ser que también es mexicano.

El pasado 31 de agosto arrancó el 2º Festival Afromexicano Nuestra Raíz de Cuajinicuilapa, Guerrero, con apoyos del municipio y de las secretarías de Cultura estatal y federal (esta última a través del INBAL) con la finalidad de reunir tanto expresiones artísticas de danza, teatro, canto, pintura, literatura, etcétera, como reflexiones académicas y testimoniales sobre la raíz africana en nuestro territorio, tan negada, tan vilipendiada, tan invisibilizada.
En alianza con Seculta de Oaxaca (Víctor Vázquez Castillejos), entidad invitada especial de este año, la inauguración corrió a cargo de la gobernadora Evelyn Salgado, el presidente municipal Edgardo Paz Rojas y la secretaria de Cultura de Guerrero, Aída Melina Martínez. Los grupos Afroconsonancias y las Danzas de los Negros de Santiago Llano Negro y de San Francisco del Maguey abrieron esta fiesta que culminó el 2 de septiembre con la presentación de Xochimancas, de Mulato Teatro de Ticumán, Morelos, así como Danza, son y fandango de los pueblos negros y la presentación musical del excepcional Chogo Prudente.
“La matria negra” fue una conferencia-performance de Xochiquétzali Salazar, que acompañada del actor Jorge Saviñón y un músico nos transportaron por el recorrido que los negros pero sobre todo las negras han caminado para el autoreconocimiento de sus ancestralidades y la batalla por empoderar lo que lleva siglos negándose, minimizándose y ocultándose: los saberes de allende los mares que siguen pisando fuerte, haciendo con sus ecos resistencia y cultivo de nuevos resurgimientos, resilencia y orgullo sobre la africanidad que nos conforma. Zaira Lobato presentó el performance Poemas escénicos de la poderosísima danza Loba que ya ha pisado escenarios de Ciudad de México y que sin duda debe verse en los territorios afro y en los que no aparentan serlo. Presentaciones de libros, taller de teatro, lectura y autoreconocimiento, conversatorios y, entre otras cosas, muestra gastronómica completaron la agenda de esta fiesta de la afromexicanidad.