Además de ejecutar a un comandante de celadores del penal del Topo Chico, el presunto criminal Marco Ernesto Becerra Martínez fue notificado de una segunda orden de aprehensión por la ejecución de dos policías de Guadalupe, quienes supuestamente colaboraban con un bando rival.
Becerra Martínez fue liberado el domingo del Cereso Federal de Hermosillo, Sonora, donde permaneció varios años recluido por diversos delitos.
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Pero al salir de ese reclusorio fue detenido con la orden de aprehensión que tenía pendiente por el asesinato del celador Pedro Martínez Ramírez.
Por ese hecho también fue detenido, al salir del reclusorio de Sonora, Manuel Alejandro Treviño Padilla.
Después de comparecer por la ejecución del celador, le notificaron la orden por el asesinato de los policías Andrés Felipe Mejía Quintanar y María del Carmen Soto García.
De acuerdo al proceso que le iniciaron, a ellos los ejecutó el 19 de enero de 2011 cuando patrullaban en la avenida Benito Juárez y Segunda Avenida, en el centro del municipio de Guadalupe.
Los acribilló con un rifle Barret calibre 50, en complicidad de por lo menos 10 sicarios más, con quienes fue detenido en febrero de ese mismo año por militares.
Entre esos sicarios estaba el líder del grupo criminal que controlaba Monterrey y su área metropolitana, Yahir Pérez López o Lozano, apodado 'El Chicano', quien al ser capturado confesó en sus primeras declaraciones haber ordenado a Marco Ernesto Becerra Martínez ejecutar a los policías, porque apoyaban a un grupo rival de la delincuencia organizada.
Sin embargo, al rendir su declaración preparatoria, también negó ser responsable de esa doble ejecución y alegó haber sido torturado, como lo hizo en la del celador.
Marco Ernesto y su cómplice podrían enfrentar más acusaciones, porque el líder del grupo criminal al que supuestamente pertenecían, al ser detenido confesó por lo menos 21 ejecuciones.
