Anayeli salió de su departamento en la colonia Condesa para festejar su cumpleaños y minutos después tres hombres y una mujer forzaron las cerraduras para ingresar a su vivienda.
Eran las 15:40 horas del sábado pasado, frente a la Fuente de las Cibeles. Entre decenas de personas que abarrotaban los tres restaurantes ubicados en la planta baja del edificio.
Los comensales y algunas otras personas vieron a los sujetos entrar, la mujer abrió sin problemas y enseguida llegaron sus cómplices. Las grabaciones de las cámaras de vigilancia instaladas en el lugar confirman que estuvieron 40 minutos en el departamento.
Robaron una pantalla de televisor, dos computadoras portátiles, una máquina de coser, una cámara fotográfica, joyas, dinero en efectivo. Trataron de llevarse el horno de microondas, pero al final lo dejaron.
Anayeli regresó a las 18:00 horas y se percató que la reja de acceso estaba abierta y al abrir su casa encontró todo en desorden: cajones fuera de su lugar, ropa tirada, papeles en el piso, una pequeña caja de seguridad sin las alhajas y euros que guardaba su familia.
“Fue muy impresionante llegar y ver todo tirado. Mi pobre gato estaba asustado y con miedo empezamos a revisar, se robaron mi cámara fotográfica mi computadora con todo el material que había hecho en mis clases de fotografía; de mi mamá se llevaron su anillo de graduación y otras joyas”, recuerda.
Aunque varias personas se percataron que los tres hombres sacaban las cosas del edificio nadie se interpuso en su camino porque consideraron que era una mudanza. Y es que en el inmueble también hay oficinas que son rentadas.
Las imágenes de las cámaras del edificio confirman que los delincuentes huyeron en una camioneta blanca.
“Hay un restaurante, una pizzería y un café, siempre hay gente, pero nadie dijo nada, porque pensaron que era una mudanza. Después que regresamos y vimos el robo apretamos el botón de pánico”, describió Anayeli.
Al llamado de auxilio llegó un elemento de la Policía Preventiva asignado a la zona, al presentarse tomó algunos datos de la denuncia y tras decir “lo siento mucho”, recomendó a la familia acudir al Ministerio Público y denunciar el delito de robo a casa habitación y puso a disposición el teléfono 46038231 para otra emergencia.
Sin embargo, las víctimas han decidido no denunciar el ilícito por miedo. Y es que tienen el antecedente de otro delito en el que un familiar decidió presentarse a la procuraduría capitalina y a su llegada ya lo esperaban los amigos y conocidos de los detenidos.
“Afuera ya los estaban esperando los familiares de los detenidos, los amenazaron, por eso aunque accionamos el botón de pánico, ya dijimos que no vamos a denunciar”, abunda.
Aunque las estadísticas de la Procuraduría General de Justicia capitalina advierten una disminución en el robo a casa habitación con violencia, este mismo ilícito cometido sin violencia, como el que fue víctima Anayeli, está al alza.
Mientras en 2014 la autoridad inició 4 mil 776 carpetas de investigación por robos a viviendas sin violencia, el año pasado sumaron 5 mil 807 casos, es decir, un crecimiento de 21.5 por ciento. En tanto que en el primer trimestre de 2017, la Procuraduría capitalina ya contabiliza mil 466 denuncias.