
El año pasado, Philip Watson escribió la biografía Bill Frisell: Beautiful Dreamer. The Guitarist Who Changed the Sound of American Music (Fabber Books!, 2022). Ser considerado el guitarrista que cambió el sonido de la musica americana es un peso demasiado grande para un músico como Frisell, un ejemplo de humildad. Sin embargo, sus hallazgos musicales sí lo colocan entre los músicos que con un sonido distintivo ha contribuido a cambiar nuestra forma de percibir el mundo. ¿Acaso eso no es revolucionario?
Ante tal pregunta, en una entrevista realizada en 1996, Bill contestó con aplomo, como los acordes de su camaleónico instrumento: “No, todo lo que hago es realmente para mí mismo; sólo yo sé cuándo estoy tocando bien o mal. Tal vez es mi propia revolución. Todo lo que trato de hacer es mejorar un poco y aprender algo cada día. Tratar de mejorar es algo personal. No busco probar nada al mundo”.
El guitarrista, que se presentará con su trío en la Sala Nezahualcóyotl el 1 de octubre a las 7 de la noche, ha tenido una trayectoria brillante que incluye grabaciones para los sellos ECM, Gramavision, Nonesuch y actualmente Blue Note. Entrar a su mundo es recorrer con él espacios sonoros cambiantes, encontrarse con una guitarra que se ha transformado al grado de que por momentos parece otro instrumento e invariablemente nos invita a imaginar.
“Con la música no puedes tener miedo de nada, es como una especie de sueño en el que puedes volar; es una forma diferente de relacionarte con la gente. Siento que si cada ser humano hiciera música tal vez no habría motivos para tener guerras, porque ella te puede ayudar a salir de tiempos verdaderamente difíciles”, decía en la misma entrevista.
Entre risas afirmó que lo único que sabe hacer es tocar la guitarra. “Es lo único que tiene sentido en mi vida. La música no resuelve los problemas, pero, al menos te da una imagen de ciertas posibilidades de que la gente puede estar unida.
Por algo en la música existe la palabra armonía”.