Mientras algunos ven con preocupación la reforma al Poder Judicial, porque puede dejarlo en manos de quienes controlan clientelas de poder en diversas regiones (desde organizaciones de delincuentes hasta caciques) otros consideran que elevará nuestra democracia a niveles nunca vistos.
La idea es que la democracia es el poder del pueblo, y que si se amplían los espacios en los que el pueblo decide, pues se amplía y profundiza la democracia.
Pero si revisamos lo que diversos filósofos y politólogos han escrito sobre la democracia, desde Platón hasta Jason Brennan, la desconfianza en las decisiones de la mayoría han sido la norma.
No se trata de prejuicios aristocráticos, sino de análisis y reflexiones serias. Brennan recupera varias décadas de encuestas realizadas en Estados Unidos y Europa, y todas muestran lo mismo: los ciudadanos sabemos muy poco sobre política.
Haga usted su propia encuesta. Pregunte a sus conocidos cuántos diputados hay en México. O sobre la diferencia entre legisladores de mayoría y de representación proporcional.
Pero si vamos a una de las cuestiones que llevó a proponer esta reforma de elegir a jueces, magistrados y ministros por voto popular, las preguntas serían más complejas. Por ejemplo, qué responsabilidad tienen en la mala aplicación de la justicia los jueces por un lado, y los ministerios públicos y fiscales por el otro. Cuáles son las funciones de unos y de otros. ¿Qué porcentaje de ciudadanos puede dar una respuesta mínimamente informada y sensata?
Joseph Schumpeter lo planteó con claridad y mesura en un texto clásico: “el ciudadano normal desciende a un nivel inferior de prestación mental tan pronto como penetra en el campo de la política. Argumenta y analiza de una manera que él mismo calificaría de infantil si estuviera dentro de la esfera de sus intereses efectivos. Se hace de nuevo primitivo.”
Todos de alguna manera argumentamos y analizamos de una manera que nosotros mismos consideraríamos infantil cuando nos salimos de las esferas que manejamos.
Por buenas razones ninguna democracia consolidada elije a su Poder Judicial de esta manera.