Hay dos conjuntos de datos sobre la próxima elección de diputados federales. Por un lado, las encuestas: todas muestran que Morena y sus aliados tendrán una cómoda mayoría. Por otro, las actitudes del presidente de ese partido y del presidente de la República: expresan más bienuna narrativa de perdedores.
Al analizar las encuestas hay que hacer una consideración importante. Para tener una perspectiva de cómo quedaría el Congreso, estas investigaciones deberían tener dos etapas. Primero, entrevistas en cada uno de los 300 distritos electorales, para ver qué partidos tienen probabilidad de ganar. Luego, agregar los resultados en cada una de las cinco circunscripciones, para ver cuántos diputados de representación proporcional se asignarían a cada partido.
Sumando los dos conjuntos, tendríamos la posible conformación de la Cámara de Diputados.
Pero me temo que la mayoría de las encuestas no hace esta indagación. Simplemente realizan una muestra representativa a nivel nacional y muestran los datos agregados. El resultado de la conformación del Congreso puede ser distinto, pues la distribución de los votos no es homogénea en el territorio
Además hay que considerar lo de siempre: las encuestas no reportan cómo votarán los ciudadanos, sino cómo dicen que votarán. Por diversas razones pueden mentir. En Estados Unidos hubo muchos “trumpistas de clóset” que ocultaron su preferencia. También hay que considerar a los indecisos, que no necesariamente lo son: pueden ser abstencionistas, o gente que no le da la gana expresar su preferencia.
No hay más remedio que esperar los resultados.
En cuanto a la actitud del presidente de la República y del presidente de su partido, son muchos los rasgos de nerviosismo que han mostrado. No expresan el ánimo de alguien que se siente ganador. Destacadamente, su descalificación anticipada del árbitro, del INE. O la más reciente de Mario Delgado: declarar a sus adversarios “traidores a la patria”. O está muy nervioso, o muestra ya una actitud abiertamente dictatorial: los que son distintos a mí no tienen derecho a existir.
Lo más probable es que Delgado no crea en esto que dice. Pero eso no es lo importante. Como Trump, lo que busca es mantener a su base electoral, que sí puede creer esas cosas.
Víctor Reynoso