En el año 2011, la Unesco puso sobre la mesa declarar al 13 de febrero el Día Mundial de la Radio; tiempo después fue adoptado también por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Desde entonces se ha dedicado esta jornada a realzar el importante valor de la radio en el planeta.
La radiodifusión es un pilar fundamental de la comunicación humana desde hace décadas, continúa demostrando su resiliencia en la era digital. En un mundo saturado de opciones mediáticas, la radio sigue destacándose como un medio versátil y de impacto duradero.
A medida que las plataformas digitales proliferan, algunos podrían pensar que la radiodifusión está destinada a desvanecerse en la oscuridad de la obsolescencia. Sin embargo, este medio ha demostrado ser más robusto y adaptable de lo que muchos predijeron.
Los motivos son muchos para que este medio tradicional siga más vivo que nunca; la radio es accesible en todo el mundo, incluso en áreas remotas o con recursos limitados. Esto garantiza que la información y el entretenimiento lleguen a diversas comunidades, contribuyendo a la conectividad global.
Por si fuera poco ofrece información en tiempo real, permitiendo a los oyentes mantenerse actualizados sobre noticias, eventos y desarrollos. Además, la interactividad a través de llamadas telefónicas y redes sociales involucra a la audiencia, creando una experiencia participativa.
Durante desastres naturales u otras emergencias, la radio sigue siendo un medio crucial. Su capacidad para funcionar con baterías o energía de respaldo garantiza la continuidad de la información y las actualizaciones en momentos críticos cuando otros medios pueden fallar.
Durante la pandemia, la radio ayudó a comunidades urbanas y no urbanas a recibir noticias de salud veraces y a tiempo, que ayudaron a salvar miles de vidas.
Los programas locales y la conexión con locutores familiares crean un vínculo con la audiencia, brindando un sentido de comunidad y pertenencia.
Aunque el tiempo ha pasado, la radio no vive del pasado, se ha renovado, ha evolucionado con la tecnología, adoptando transmisiones en línea y los podcast, su esencia permanece inalterada.
Para quienes ejercemos el oficio de comunicadores, la radio ha sido nuestra escuela; ese medio mágico, ese hilo conductor entre la gente y el deseo de llevar el mensaje.
De niños reímos, aprendimos y soñamos escuchando esa caja mágica que incluso nos motivó a buscar algún día estar en ella.