Tuve la oportunidad de conversar con José Luis Trueba Lara sobre su obra Juárez, la otra historia (Océano). Conversamos en una sala de la Feria Internacional del Libro de Monterrey sobre su nueva publicación y el porqué ver al Benemérito de las Américas con otra óptica en nuestros tiempos.
Aquí parte de la charla:
Víctor: ¿Por qué contar la otra historia de Juárez?
Trueba: Es que el Juárez, no éste sino el otro, el que nos contaron, es un tipo insufrible; es puro bronce, es mármol.
Ese Juárez oficial se volvió una escultura, se volvió una estatua y en ese preciso instante lo perdimos en discursos públicos. ¿Por culpa de él? No, el que lo inventa como héroe es su enemigo Porfirio Díaz. Tiene una idea precisa del país, un país donde va a ocurrir la reconciliación, crucial, viene de unas matanzas buenísimas, con singular alegría.
Porfirio Díaz logra incorporar a la Iglesia, a los liberales, a los conservadores, a cuanto grupo político quieras. Incluso promueve que le hagan poemas como el de Amado Nervo, de la raza de bronce, que la tercera parte está dedicada a Juárez; él lo promueve y a partir de ahí nace el mito.
La pregunta es, y ¿antes cómo lo veían? Hagamos la pregunta en serio.
Imagínate que yo soy Carlota y me preguntas: ¿Qué tal te cae Juárez?
Imagínate que yo estoy con la esposa de Miramón y me preguntas: ¿Qué tal te cae Juárez?
¿Qué dirías?, pues una cosa muy distinta al Benemérito de las Américas.
Víctor: Dentro del libro hay crónicas, es una historia coral. Hay crónicas, pero una en específico, la de Margarita, es lapidaria.
Trueba: Es lapidaria porque va a las entrañas, ya no del político, del presidente, a las entrañas del hombre y no lo aterriza, lo hunde. Esa sería la parte más dura del juicio a Juárez.
El caso de Margarita, yo la entiendo.
O sea, digo, yo sé que es un poco difícil decirlo así, pero imagínate que durante todo tu matrimonio te dicen: –Oye, tu esposa además de fea es una mula.
Llega el momento que tú dices: –Ya me harté.
Y tú la tienes que defender. Y a pesar de que tú sabes que tu esposa sí está fea y sí es una mula.
Víctor: ¿Por qué entonces nos metieron a Juárez en la cabeza? ¿Por qué? ¿De dónde salió la utilización, si lo podemos decir así, de figuras como Juárez y volverlas de pedestal, volverlas mitológicas?
Trueba: Como este pobre hombre se quedó mudo, tú lo puedes ir transformando en la medianía republicana. Lo que valdría la pena es ir en contra de estos usos, pero sin caer en una tentación del juicio.