La inteligencia artificial es un tema que avanza muy rápido, y al mismo ritmo que sorprende también aumenta la preocupación de muchas personas.
El principal temor que externan es el riesgo que puede representar la IA para los empleos tradicionales.
Esta historia y sobre todo la reacción generalizada son infundados.
Cuando llegaron los primeros celulares, aquellos ladrillotes que colgábamos en el cinturón, no se nos ocurrió nunca pensar que íbamos a dejar sin trabajo a miles de empleados de la única compañía de teléfonos fijos que había por entonces, por cierto, un monopolio, y malo.
Los bisabuelos tampoco pensaron en los fabricantes de velas y sus empleados cuando empezaron a comprar focos. Seguro tanto los telefonistas como los fabricantes de velas pudieron encontrar otros trabajos, aunque quizá no tan a su gusto y habilidades.
El fundador y director general de la empresa Dukaan, Suumit Shah, actualmente opera con tan solo 10 por ciento de sus empleados en el área de atención a clientes, luego de implementar inteligencia artificial, la cual contribuyó a hacer más eficientes sus procesos, el tiempo de respuesta pasó de menos de dos minutos a “instantáneo”, en tanto que el de resolución disminuyó de dos horas a 12 segundos.
Por su parte, los guionistas de Hollywood se niegan a ser reemplazados por escritores robóticos que entregarán libretos cada vez más complejos, pero quién sabe si con ideas originales.
Ya en 1968 vislumbramos los temores de ser dominados por una inteligencia artificial cuando en la película 2001: Odisea del espacio la computadora HAL 9000 se volvió loca y mató a la tripulación de la nave, luego años después resultó peor en Terminator porque los robots acababan con la humanidad.
“He tenido un montón de preocupaciones en mi vida, la mayoría de las cuales nunca ocurrieron”, escribió Mark Twain y así los seres civilizados nos entregamos al miedo por amenazas que no eran tales: a las brujas en la Edad Media, a los trenes en el siglo XIX, al cometa Halley en 1910 y a que las computadoras se apagaran el 1 de enero de 2000. Se me olvidaba que los cómics en 1950 iban a hacer a los niños violentos, desarrollar temprano su sexualidad y tener conductas antisociales.
¿La inteligencia artificial causará desempleos? Sin duda, pero traerá más beneficios de los que hoy sospechamos. Nos tenemos que arriesgar, siempre lo hemos hecho, de lo contrario, viviríamos en las cavernas, pero eso sí, alumbrados con velas.