Durante décadas Sinaloa ha sido el asiento de las organizaciones criminales más poderosas del país, al grado que la cultura, el mundo empresarial y sobre todo la clase política ha sido permeada por el narcotráfico, donde decenas de políticos se han visto envueltos en escándalos con el crimen organizado, pero la captura del Mayo Zambada acaba de destapar una nueva cloaca que amenaza con cimbrar el escenario político de Sinaloa.
Ya que el Mayo Zambada en una carta difundida en Los Ángeles Times, por su abogado, afirma que acudió a reunirse con el Gobernador Rubén Rocha Moya de Morena y con Héctor Melesio Cuén, Diputado electo por la coalición PAN-PRI-PRD y líder de la fuerza política local Partido Sinaloense, es decir, nos deja entrever de nueva cuenta algo que ya se sabía, que todos los partidos en Sinaloa están coludidos con el crimen organizado.
Rubén Rocha Moya de esta forma se va a convertir en el primer damnificado político de las confesiones del Mayo, porque no hay forma de justificar que el Gobernador se reúna con narcotraficantes, menos a pactar cosas, y peor aún, que se le vincule a varios asesinatos, en especial el de un rival político como lo es Héctor Melesio Cuén.
No sabemos en qué va terminar esto, porque en nuestro país existe gran impunidad, por ejemplo, la alcaldesa de Chilpancingo Norma Otilia Hernández también de Morena apareció en un video con líderes del crimen organizado y nada le ha pasado.
Pero lo cierto es que las filtraciones del Mayo Zambada, ameritan la destitución de Rocha Moya y quizá su encarcelamiento si se prueba su participación en el asesinato de Cuén.
Esto pone en serios aprietos el discurso de López Obrador, porque demuestra vínculos de Morena con el Cártel de Sinaloa y mancha la imagen de pulcritud que intentó transmitir durante todo el sexenio, al tiempo que amenaza con relevar negocios turbios con más integrantes de la clase política, que podrían generar un efecto dominó en donde todos los partidos se vean manchados.
@victorsanval