Los sistemas universitarios son el soporte del desarrollo de los países, por tanto, la inversión en los mismos tiene efectos positivos en el largo plazo y se vuelve necesario contar con un plan de fortalecimiento de las universidades públicas, que han sufrido de un olvido presupuestal los últimos 6 años.
Se podría pensar que Claudia Sheinbaum es la candidata que tendría más cercanía con las universidades, precisamente porque fue durante muchos años profesora investigadora de la UNAM, su familia ha estado ligada a la academia por décadas, pero en realidad es la candidata que menos se ha referido al tema de universidades en su campaña e incluso le ha sacado la vuelta a visitar universidades en sus actividades proselitistas.
Mientras Xóchitl Gálvez habla de un mayor apoyo presupuestal a las universidades, becas para que los jóvenes estudien en México y el extranjero o Jorge Álvarez Máynez que ha visitado 42 universidades públicas y privadas en su campaña. Claudia Sheinbaum por otro lado ha eludido el tema, limitándose a señalar que en las universidades públicas hay corrupción, sin establecer los mecanismos para su combate.
Claudia Sheinbaum es producto de las universidades públicas y por mucho tiempo vivió de una de ellas, de hecho, formalmente sigue adscrita como profesora a la UNAM, generando de forma indebida antigüedad en dicha institución, por tanto, se antoja como una especie de traición, que con tanta cercanía con las universidades, no tenga una política completa de fortalecimiento a las mismas.
Urgen programas de inversión en la modernización de equipos e infraestructura, son necesarios apoyos para incrementar la matrícula y echar andar nuevos programas, se requiere ayuda para hacer frente a los sistemas de pensiones que ahogan las finanzas de las universidades, resulta esencial cambiar la forma en la que opera el CONAHCYT para detonar más investigación y a la formación de mejor capital humano, pero lamentablemente de eso no habla Claudia Sheinbaum.
