Las campañas políticas se libran hoy en tres frentes, en el terreno físico, es decir, el trabajo casa por casa o en eventos masivos, en los medios tradicionales de comunicación y en las redes sociales.
Y a pesar de la importancia de esta última, en los procesos electorales recientes se le suele desdeñar e incluso restar relevancia.
Sin embargo, se trata de un grave error, hay un porcentaje relevante de la población, sobre todo los más jóvenes, que no consume medios de comunicación tradicionales de manera directa y en dado caso lo hace a través de redes sociales.
Además, tampoco nunca va a ir a mitin o reunión política presencial, es decir, la única forma de llegar a ese segmento es a través de redes sociales.
Es por ello que se ha vuelto esencial para cualquier campaña política contar con una buena estrategia de impacto en redes sociales, que focalice cada contenido al público objetivo y que ello se traduzca en votos a favor.
Se trata de crear muchos contenidos para distintas plataformas y públicos, utilizando la inteligencia artificial para segmentar a los electores de manera adecuada.
Quien no lo haga así perderá competitividad y probablemente una elección. Muchos incluso cometen el error de pensar que las redes sociales son para compartir las actividades que se hace en la campaña en el plano físico, subir las actividades del candidato o candidata, pero en realidad esa no es una estrategia en redes, porque la misma si incluye lo anterior, pero también contenidos pensados de manera exclusiva para dicha dimensión.
No se trata tampoco de contenido con diseños llamativos solamente, eso sin duda ayuda, sino pensar en narrativas de mensajes, que le lleguen a públicos que no les gusta mucho la política, a los que sí están involucrados pero son críticos y a quienes ya son simpatizantes.
También habrá quien espere mensajes sobre determinados temas que les interesa y para ello la focalización es esencial.
Por ende, quien mejor focalice tiene una gran ventaja competitiva.
@victorsanval
