Corea del Sur es una de las democracias más consolidadas de Asia, comenzaron su proceso de democratización antes que México y aún así hace unos días estuvieron a punto de vivir una gran regresión democrática, cuando su ahora ex Presidente, Yoon Suk Yeol decretó ley marcial y desplegó al ejército alrededor del Parlamento, en una acción que se leyó como un golpe de Estado, sin embargo, todas las fuerzas políticas, incluido su partido colaboraron para echar abajo la medida y la ciudadanía salió a las calles a defender la democracia.
De hecho, en el caso de Corea del Sur fue evidente la importancia de los contrapesos, por ejemplo, del Parlamento, en donde por cierto el partido del Presidente era la bancada mayor, pero que en el momento de la verdad, apoyaron a la democracia y la legalidad.
En México, si bien no se puede decir que se han tomado aún determinaciones anti democráticas, lo cierto es que se han debilitado a los contrapesos, prueba de ello es la reforma judicial, que mina la independencia judicial y que lo hace un anexo del poder ejecutivo, que además hoy controla el poder legislativo y que ha emprendido una cruzada por acabar con los órganos constitucionales autónomos, como el INAI y el CONEVAL y hasta hace poco buscaba hacer lo propio con el INE, el órgano encargado de organizar elecciones, lo cual es peligroso, porque si el poder controla al órgano electoral, se podrían terminar las transiciones de gobierno y ganar un solo partido todas las elecciones aún en contra de la voluntad popular.
Por ello es relevante, más allá del partido que uno prefiera, contar con un esquema fuerte de órganos autónomos y poderes independientes, que se hagan contrapeso los unos a los otros, que en momentos de crisis como el que vivió Corea del Sur, tengan la capacidad de salir en defensa de la democracia y de los derechos de los habitantes, porque de lo contrario, quedaremos a la buena voluntad del Presidente o Presidenta en turno.
@victorsanval