Ante la renuncia planeada del ex Ministro Arturo Zaldívar, ahora Andrés Manuel López Obrador tiene la oportunidad, que en principio le debía tocar al siguiente Presidente o Presidenta, de impulsar a una persona para Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo cual le permitirá alterar la correlación de fuerzas al interior del órgano y tratar de influir con mayor peso en las principales decisiones judiciales del país.
Lo correcto es que el Presidente hubiera impulsado en su terna de candidatas a personas con carrera judicial o con méritos destacados en el ámbito jurídico, pero al parecer no quiere correr riesgos y lo que busca no es independencia y criterio propio en la siguiente Ministra de la SCJN, sino obediencia, por ello, su terna se compone de tres mujeres cercanas a él, que se presume se pondrían a favor del gobierno en todas las decisiones relevantes.
La primera de ellas es su actual Consejera Jurídica María Estela Ríos González, la segunda, Bertha María Alcalde Luján, es la hermana de la actual Secretaria de Gobernación y la tercera, Lenia Batres Guadarrama, hermana del actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Es decir, se trata de militantes de MORENA, muy cercanas al Presidente, que no pueden garantizar independencia.
La función del poder judicial no es ser una comparsa del Presidente en turno y plegarse a sus deseos, por el contrario, debe ser un contrapeso, un medio de protección de los ciudadanos, por ende, deben llegar al máximo tribunal del país personas intachables, con gran experiencia y conocimientos jurídicos y que garanticen ante todo autonomía en sus decisiones.
Ojalá que el Senado deseche la terna enviada por el Presidente, sin embargo, este proceso de selección no augura buenos resultados al final, porque el objetivo del mandatario es desde hace años la captura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
@victorsanval
