“Si me paso la mano por la frente,/si acaricio los tomos de los libros,/si reconozco el Libro de las Noches,/si hago girar la tercera cerradura,/si me demoro en el umbral incierto,/si recuerdo la Máquina del Tiempo,/si recuerdo el tapiz del unicornio,/si cambio de postura mientras duermo/(…) repito lo cumplido innumerables/veces en mi camino señalado./ No puedo ejecutar un acto nuevo, /tejo y torno a tejer la misma fábula,/repito un repetido endecasílabo,/digo lo que otros me dijeron,/(…)/Soy la fatiga de un espejo inmóvil”. Jorge Luis Borges.
(“Aquí Comunicación”, Año 1 No. 1Septiembre-Octubre de 1993. Revista de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora).
“Jorge Luis Borges: álbum biográfico y fotográfico. Por Teodosio Fernández”.
“Se podría argumentar que la mejor biografía de un escritor es su propia obra y, al menos en el caso de Borges, no sería una afirmación demasiado temeraria. Por supuesto, una vez atrapados por la obra, resulta inevitable interesarse por la vida de la persona detrás de los textos. Este Álbum fotográfico es un intento noble, pero fallido (por su brevedad y las características físicas de la edición de bolsillo). Teodosio Fernández hace un recuento año por año de la vida, las amistades literarias, los amores, las lecturas y publicaciones de Borges. Sin embargo, por momentos, parece más una serie de viñetas o monografías escolares que la biografía textual-visual que aspira a ser. Lo cual permite una lectura casual o espaciada, a costa de cierta profundidad o análisis crítico (aunque hay múltiples libros dedicados a esta última labor). Finalmente, cabe mencionar que la calidad de la impresión y el tipo de papel escogidos para esta edición de bolsillos demeritan la selección del material visual (por sí misma muy valiosa)”. (Borges, J.L. Álbum Biográfico y fotográfico. Alianza Editorial. Madrid, 1998).
Señala Jorge Luis Borges: “Yo nací en la calle Tucumán, esquina Suipacha, en la misma manzana en que murió Estanislao del Campo, que era tío de mi abuelo; y después, he visitado la casa. Pero no tengo recuerdos. Mis primeros recuerdos no son los de esta casa, que era como todas las casas de la época, digamos de una manera más chica y más modesta. Una casa como la que ocupa la Sociedad Argentina de Escritores, con dos patios laterales, el primer patio ajedrezado, un aljibe en el primer patio del aljibe supe después que había una tortuga para purificar el agua. Cuando se alquilaba o se compraba una casa en aquella época, me dijo mi madre y se preguntaba si había tortuga, y entonces le contestaban: ‘Sí, esté tranquilo señor, hay una tortuga’. Porque se pensaba que la tortuga era una especie de filtro que se comía los insectos…”
“En 1901. El joven matrimonio Borges -continúa con su narración el escritor porteño o bonaerense-, se traslada a la calle Serrano No. 2135, en el barrio de Palermo donde nace su hija Leonor Fanny y donde transcurre la infancia de Georgie. Entre sus lecturas preferidas figuraron las novelas gauchescas de Eduardo Gutiérrez y Cervantes: ‘Uno de los primeros libros que leí fue El Quijote. Y lo recuerdo desde luego en castellano, ya que hay tantas frases que yo aprendí de memoria: En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…Estamos en el Mundo del Quijote…’”. (Continuará).