Política

Las manos que no se ven

  • La pluma en el mapa
  • Las manos que no se ven
  • Verónica Sánchez

Todos en la vida aspiramos a un trabajo digno, especialmente que nos permita un ingreso suficiente para cubrir nuestras necesidades fundamentales y desarrollar nuestro potencial.

Es a través del trabajo donde desarrollamos nuestra personalidad; el trabajo dignifica a una persona y es quizá una de las mayores expresiones del logro humano. Si observamos desde la perspectiva social, cada una de las actividades son valiosas porque contribuyen a la productividad y al desarrollo.

Ofertamos un servicio para cubrir nuestras necesidades elementales como comer, vestir, tener una vivienda propia o rentada, tener acceso a servicios de salud y educación, y ¿porqué no? para contar con un ingreso adicional que nos permita el esparcimiento y disfrutar con nuestros seres queridos.

Tal no es el caso de las trabajadoras domésticas, donde muchas veces el trato no es digno, al no tener acceso a salarios suficientes ni contar con las prestaciones que marca la ley.

En México existen 1.8 millones de mujeres trabajadoras del hogar, aquellas mujeres que con su trabajo aligeran la carga del día a día de muchos, apoyado con labores de limpieza y cuidado de los niños para que los demás logremos desarrollarnos y enfocarnos en otras áreas.

A propósito del Día Internacional de las Trabajadoras Domésticas, el INEGI publicó su reporte más reciente el cual señala que en promedio las trabajadoras del hogar trabajan 30 horas a la semana y perciben un ingreso de 38 pesos por hora trabajada, lo cual es claramente insuficiente para alcanzar el nivel de vida que todos tenemos derecho.

De cada 100 trabajadoras domésticas, 99 prestan sus servicios sin un contrato escrito; solo 4 de cada 100 tienen acceso a servicios de salud; y 28 de cada 100 tienen algún otro tipo de prestaciones, como aguinaldo y vacaciones.

Aunque las nuevas reformas a la Ley del Seguro Social instituyen que la seguridad social es obligatoria, los números indican otra cosa, y es que hay muchas lagunas sobre las sanciones que se aplicarían al no respetar la ley.

En el espacio de noticias de Notivox donde participo, conversé con Norma Palacios, Secretaria General Colegiada del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadores del Hogar, y me dijo que a las empleadas no les alcanzan los salarios ni cuentan con un seguro social:

‘’La mayoría de nuestras compañeras no van a poder acceder a tener esta seguridad social, aunque ya se dice que es obligatoria, la ley no dice que sanción van a tener los empleadores que no cumplan con ella, y esto deja a muchas compañeras nuevamente a la voluntad de los empleadores’’.

Otro de los factores que impacta a este sector es la educación. Al no contar con suficientes recursos, truncan sus posibilidades de desarrollo educativo. El promedio de escolaridad de las trabajadoras domésticas es de 8.2 años, equivalente al segundo grado de secundaria. El 5% no recibió ningún tipo de instrucción en la educación formal, 37% cuentan con estudios de primaria, 41% de secundaria y 17% de educación media superior y superior.

Continuo, muchas de ellas son madres solas, responsables de sus padres u otros miembros de la familia, y en algunas ocasiones las trabajadoras no pueden salir de las casas donde trabajan, no cuentan con documentos, no tienen acceso a la comida de los patrones, ni mucho menos comer en los mismos platos del resto de la familia. Es una situación inadmisible, que en pleno siglo XXI continuemos con este tipo de discriminaciones y conductas; es inaceptable.

La discriminación que sufren las personas que se dedican a esta labor, la falta de leyes que les amparen y el derecho a una protección social son factores que debemos trabajar en calidad de urgencia.

La sociedad se beneficia cuando las trabajadoras del hogar gozan de plenos derechos, porque ellas además de aportar a la economía de nuestro país, permiten que otras personas puedan realizarse profesionalmente y a su vez fortalecen sus propias condiciones familiares.

Al regularizar el trabajo doméstico y hacerlo más justo en relación a jornadas, salarios, seguridad social y prestaciones, permitirá que otras personas sigan teniendo la posibilidad de salir al mercado de trabajo. ¡Hay que honrarlo! porque las trabajadoras del hogar también deben auto valorarse, conocer sus derechos. ¿Cómo haríamos sin ellas?

Verónica Sánchez

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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