Lo entendí, lo complicado era explicarlo a otras y otros que comenzaban su proceso.
Recuerdo que en una feria de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) en la ciudad de Monterrey colocaron una cabina sensorial, donde, a través de los sentidos, experimentabas y conocías (o al menos eso se pretendía) los estímulos sensoriales a los que estamos expuestos y cómo nuestro cuerpo responde a ellos gracias a la madurez de la integración sensorial no así en las personas con Trastorno del Espectro Autista.
El experimento para sensibilizar sobre el TEA resultó revelador, pero ¿cómo mostrarlo a cada persona que teníamos enfrente para que lo viviera?
Fue un ejercicio innovador, sin duda, pero poco práctico para replicarlo.
En noviembre de 2010, la Cineteca del Parque Fundidora fue sede del Ciclo de Cine “Autismo en el Séptimo Arte” en el marco del Congreso Mundial de Autismo Cintermex, Monterrey, Nuevo León.
En el segundo día, se proyectó el documental de origen español titulado María y Yo, en el que, durante 80 minutos, siguen el viaje que hace Miguel y su hija María a Canarías para pasar unas vacaciones juntos en un resort de la isla.
Sin ninguna peculiaridad, de no ser por compartir el día a día de verano de un padre con su hija con autismo donde se muestra la miel y la hiel de la convivencia.
El proyecto nació en 2007 a través de una tira cómica de manos del propio Miguel Gallardo, un afamado dibujante que daba un giro a sus intereses al dibujar: sensibilizar sobre el autismo por las experiencias vividas con María, su hija a través de sus cartones.
En 2008 ganó el premio Nacional de Comic de Cataluña.
Luego le pusieron animación y se convirtió en un corto animado que ahora conocemos como el Viaje de María, donde se retrata el peregrinar de una familia por encontrar diagnóstico para su hija y las peculiaridades que va mostrando a la par de su crecimiento.
Al verlo proyectado en una de las salas de Cintermex por la exponente de Fundación Orange España, los asistentes suspiramos, derramamos una que otra lágrima y nos abrazamos al cruzar nuestras miraras: Miguel supo poner en dibujos animados eso que llaman autismo.
Bravo.
Desde entonces, no tengo que dar largas explicaciones en mis conferencias de, cómo miran, cómo escuchan y cómo sienten las personas con autismo, después del saludo, les pongo el video con duración de 5 minutos y 41 segundos; lo que viene después, es un despertar a la conciencia de la neuro diversidad que habita entre nosotros.
Gracias, Miguel, tu legado como hombre y caricaturista nos abrió la posibilidad de mirar desde tus ojos el autismo, con una mirada de amor, por supuesto, al ser las experiencias cotidianas con María, tu hija las que alimentaban cada dibujo, cada frase, cada palabra.
Lo has hecho con amor y lo hecho con amor, es glorioso.
Descansa.
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