El síndrome Asperger está considerado generalmente como una forma de autismo. Como en el caso del autismo, el Síndrome Asperger es el resultado de un problema orgánico (Thomas G. 2004). Hace unos cuantos años, casi nadie había oído el término de Síndrome Asperger, la primera definición fue publicada hace más de 50 años por Hans Asperger, un pediatra vienés, quien identificó algunas pautas consistentes de capacidades y de conducta que tenían lugar en niños varones predominantemente. El niño con Síndrome Asperger no tiene simplemente una forma suave de autismo, sino una expresión diferente de esa condición. Attwood, T. (2002). Se estima que hay una prevalencia entre 26 y 48 personas con síndrome de Asperger en una población de 10.000, es decir entre el 0.3 y 0.5% de la población. (Ehlers y Guillberg 1993).
Lorna Wing (Burgoine y Wing 1983) describieron las principales características clínicas del Síndrome de Asperger, las cuales son:
- Falta de empatía
- Interacción ingenua, inapropiada y unilateral
- Poca o ninguna capacidad para formar relaciones de amistad.
- Habla pedante y repetitiva
- Pobre comunicación no verbal.
- Intensa absorción por ciertos temas.
- Movimientos torpes y mal coordinados y posturas extrañas.
Los resultados de los estudios realizados en adolescentes con síndrome de Asperger denotan que una deficiente coordinación motriz afecta a una amplia variedad de habilidades. Se observa una falta de coordinación de las extremidades superiores e inferiores, requiriendo por este motivo de asesoramiento fisioterapéutico y terapia ocupacional (Hallett et al. 1993).
El papel de las terapias ocupacionales es fundamental y complejo. Wendy Brito (Brito Lara, W. I. 2011) dice que los principales enfoques en los que se debe orientar son:
• Alentar al niño a ser más sociable, cooperativo y flexible, tanto cuando juega como cuando trabaja con otros niños.
• Ayudar al niño al reconocimiento y aprendizaje de las normas sociales de conducta.
• Trabajar y diseñar estrategias en la línea de la Teoría de la Mente para una mejor comprensión de terceros y desarrollo de la empatía social.
• Poner en práctica un programa destinado a la mejora de la motricidad fina y gruesa.
Los programas existentes enseñan habilidades basándose en una serie de pasos simples y empleando actividades altamente estructuradas. No existe ningún tratamiento único que sea el mejor para todos los niños con el síndrome de Asperger. Wendy Brito (Brito Lara, W. I. 2011) menciona que actualmente se manejan las siguientes estrategias para mejorar habilidades motrices:
• El uso de un espejo grande para imitar la marcha de otra persona.
• Usar música y baile para imitar movimientos coordinados.
• Trotar siguiendo un ritmo constante.
• Marchar coordinado piernas y brazos.
• La natación ayudará a la coordinación y fluidez de movimientos corporales.
En la Universidad Politécnica de Tulancingo, se trabaja con el Robot Nao, ofreciendo terapias que ayudan a desarrollar la motricidad fina de niños con Síndrome Asperger. Los alumnos de la carrera de Ingeniería Industrial fabricaron dentro de los talleres de la institución una bicicleta, la cual fue diseñada específicamente para utilizarse como dispositivo de terapia en donde se desarrolle la habilidad motriz gruesa.
Esta bicicleta ya fue donada a una familia cuyo hijo de 14 años presenta este Síndrome. Actualmente otros alumnos de la misma carrera, elaboran 8 bicicletas con diseño similar, fabricadas de diferentes tamaños, para ofrecer terapia a niños de 8 a 13 años, las cuales una vez terminadas, se pretende sean utilizadas ya sea por una institución especializada en este síndrome o en las mismas instalaciones de la Universidad se puedan ofrecer estas terapias ocupacionales, las cuales se pretende sean monitoreadas por investigadores, afín de registrar los avances y mejoras en la capacidad motriz gruesa de niños con síndrome de Asperger de nuestra comunidad.
Muchos niños y sus familias pueden aprender a enfrentar los problemas del síndrome de Asperger. La interacción social y las relaciones personales todavía pueden ser un problema. Sin embargo, si tienen el tipo de apoyo apropiado se puede tener una vida independiente.
MTRO. FRANCISCO ARMANDO FLORES GARCÍA
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