“Nadie nos detiene” y “Nuevo León es imparable” fueron los eslóganes del Segundo Informe de Gobierno de la actual administración. Ya es costumbre este tipo de lemas que denotan la supuesta supremacía del estado sobre el resto del país.
Aun con lo chocante que puedan resultar estas frases muy regiomontanas, sirven para preguntarnos en qué somos inalcanzables. El discurso triunfalista se refiere sobre todo a logros en materia económica, específicamente a la Inversión Extranjera Directa (IED). ¿Pero qué sentido pueden tener esos logros si no se reflejan en la calidad de vida y sí por el contrario en el deterioro de aspectos elementales, como la salud?
El ***Financial Times*** llamó la atención sobre los retos de Monterrey, destaca que si bien esta Zona Metropolitana tiene capacidad para aprovechar el ***nearshoring***, también tiene problemas por resolver, como lo es la escasez de agua, exceso de tráfico (la octava más congestionada del mundo), la mala planificación. Al ***Financial Times*** le faltó enumerar la alta contaminación ambiental y el acoso inmobiliario.
Todos estos problemas ya tienen efectos demostrados en la salud: un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (2019) encontró relación directa entre la “exposición a material particulado y la mortalidad diaria en población de la Zona Metropolitana de Monterrey”.
El listado de problemas que ya repercuten en los niveles de mortalidad son resultado de una carrera desbocada o “imparable” por un desarrollismo que no pone en el centro a las personas, sino a los indicadores económicos. Pero también hay que decirlo, es una carrera que data ya de varias administraciones municipales y estatales con la complicidad de las dependencias federales del área ambiental.
Al momento de escribir esta columna el Sistema Integral de Monitoreo Ambiental http://aire.nl.gob.mx/ reporta los siguientes valores de la calidad del aire: muy mala (Escobedo y zona norte de San Nicolás); mala (Santa Catarina, Pesquería, Apodaca, zona noreste de San Nicolás, Monterrey, Guadalupe, Juárez, Cadereyta); moderado (zona sur de Monterrey y García); y, bueno (Noroeste de Monterrey y San Pedro). El nivel de riesgo para la salud es muy alto con calidad del aire muy mala, según el sistema referido.
Quienes estudian la contaminación nos hablan de PM2.5 Y PM10 (que es el tamaño de esas partículas), para no enredarnos en cuestiones técnicas solo diremos que se trata de partículas cuyo tamaño es respirable. El otro aspecto a considerar son las fuentes emisoras de esas partículas y, para el caso de la Zona Metropolitana de Monterrey tenemos vehículos automotores, los establecimientos industriales, comerciales y de servicios, destaca la refinería de Cadereyta que genera gran cantidad de sulfatos. También estamos respirando ozono, nitratos y metales como arsénico, cadmio, fierro, zinc, níquel, entre otros.
En el año 2000 se estimaba un parque vehicular de 800 mil unidades, y para el 2022 ya se contabilizaban 2.6 millones de vehículos en circulación en la Zona Metropolitana de Monterrey, lo que significa cerca de 6 por ciento del total de vehículos particulares del país (Inegi 2021).
¿Cómo nos están afectando esas partículas contaminantes? Complicaciones y mortandad por afecciones respiratorias y cardiovasculares, daño cerebral, algunos tipos de cáncer (Secretaría de Salud, Centro Mario Molina).
Ya dijimos que no es un problema de ahora, pero sí se agrava con la falta de medidas eficaces. Planes y programas van y vienen, se invierte mucho tiempo y dinero en los diagnósticos y en la publicación de esos documentos, cuyo final es un archivo muerto.
Es evidente que las más de 30 torres departamentales construidas y en proceso de construcción en el Centro de Monterrey intensificarán la contaminación: más desechos, más congestionamiento, mayor presión sobre los servicios públicos, disminución de áreas verdes per cápita. Esto es solo un dato de lo que se está dejando de hacer.
Los eslóganes también deberán incorporar que nadie nos alcanza en sustentabilidad y saneamiento ambiental. A como vamos, estoy seguro que ninguna otra entidad nos quiere alcanzar.
Camilo Contreras Delgado
El Colegio de la Frontera Norte Unidad Monterrey
*Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien escribe. No representa un posicionamiento de El Colegio de la Frontera Norte