Debido a su alta contribución al Producto Interno Bruto (PIB) del sector primario estatal, la región del valle del Mezquital es conocida como el granero del estado de Hidalgo. Esta destacada producción agrícola está impulsada por el sistema de riego para más de 100 mil hectáreas de cultivo, agrupadas en los distritos de riego 03 y 100. El agua que se utilizan en la agricultura en estos distritos, es agua residual proveniente de la zona metropolitana del valle de Mexico (53 m3/s). El agua de riego es una mezcla de agua pluvial y residual, que presenta una alta carga de contaminantes químicos y microbianos. La utilización de esta agua en la agricultura ha impulsado las actividades productivas de esta región semiárida, permitiendo la disponibilidad de agua, incrementado el rendimiento de cultivos, elevado el nivel del acuífero e incrementado la materia orgánica en suelos. Sin embargo, también han comprometido la sustentabilidad del ambiente incrementado la incidencia de enfermedades infecciosas y contaminado suelo, cultivos y el acuífero.
De acuerdo con la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación, todos los países deben contar con programas de control de alimentos para garantizar que los suministros nacionales y de intercambio internacional sean inocuos y de buena calidad. El control de alimentos incluye la producción, procesamiento, almacenamiento, transporte, comercialización y consumo regional o internacional. Según el Codex Aimentarius, instancia de regulación alimentaria internacional, las personas tienen el derecho de consumir alimentos seguros.
Una consecuencia de la falta de seguridad en la inocuidad de los alimentos son las enfermedades transmitidas por alimentos. Los brotes de este tipo de enfermedad, pueden dañar o inhibir la comercialización y el turismo. La baja calidad sanitaria incrementa las perdidas por deterioro e influye en la aceptación del consumidor. Para evitar daños a la salud y pérdidas económicas relacionadas a los alimentos, en la producción primaria se deben aplicar las “Buenas Prácticas Agrícolas”, que pueden generalizarse en tres áreas: a) control de la contaminación por agua, aire, suelo, desechos animales, fertilizantes, pesticidas y fármacos; b) control de la sanidad de plantas y animales; c) protección de las fuentes alimentarias de contaminación fecal. Dado el contexto del Codex Alimentarius, es claro que el sistema agrícola irrigado con agua residual del valle del Mezquital, está lejos de cumplir las “Buenas Prácticas Agrícolas”, por lo que su producción agrícola está acotada al mercado regional y a productos de baja calidad sanitaria que dificulta el desarrollo de la agroindustria en el valle del Mezquital.
Esta barrera puede ser superada con la implementación de una estrategia que atienda dos sentidos, en primer lugar, el tratamiento del agua residual con tecnologías sustentables que reduzca los riesgos asociados a su utilización y en segundo lugar, el desarrollo y fortalecimiento de la agroindustria a partir de especies cuya producción no depende de agua de riego.
En atención a lo anteriormente expuesto, la Universidad Politécnica de Francisco I. Madero, a través de los Programas Educativos de Ingeniería Agroindustrial y Maestría en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y del Cuerpo Académico de Biotecnología Agroindustrial Sustentable, aborda la problemática con intención de colaborar en su resolución. En cuanto al tratamiento de aguas residuales, se desarrollan sistemas de tratamiento de agua residual de baja demanda energética utilizando microalgas. Las microalgas incluyen a los organismos eucariontes, autótrofos, fotosintéticos cuyo metabolismo energético utiliza nutrimentos inorgánicos y dióxido de carbón para liberar oxígeno como desecho, esta producción de oxígeno puede ser utilizado por los consorcios bacterianos que contribuyen a la degradación de contaminantes.
El metabolismo fotosintético de las algas causa un importante incremento en el pH, abatiendo la carga de microorganismos patógenos. Un sistema en el que se utilizan microalgas, reduce la emisión de gases de efecto invernadero, remueve metales, es de bajo costo energético y produce biomasa de alto valor industrial. En cuanto al desarrollo de agroindustria a partir de especies no dependientes de agua de riego, se describe la biodiversidad de esta zona semiárida en busca de especies nativas con potencial agroindustrial. Destaca en este sentido la especie Prosopis laevigata o Mezquite, árbol que da nombre a la región, que tiene un antecedente alimentario prehispánico muy importante y que actualmente es subutilizado. Sus vainas contienen hasta un 45% de azúcares libres de alto valor industrial y su semilla hasta un 42% de proteína con un adecuado perfil de aminoácidos esenciales. La agroindustria, asignatura pendiente en el valle del Mezquital, tiene nuevos elementos para su desarrollo.
MC. Luis Díaz Batalla
Ingeniería Agroindustrial - Universidad Politécnica de Francisco I Madero.