Desde que el concepto de sustentabilidad se originó en 1987 en el Informe Brundtland “Nuestro futuro común”, se ha buscado que exista un equilibrio ambiental, social y económico en todas nuestras actividades y sistemas de producción industriales intensivos y, son las universidades y centros educativos superiores de nuestro país quienes, por medio de acciones formativas y de la investigación, se encarguen de que este concepto pueda ser comprendido por medio del manejo de los diferentes sistemas sustentables de producción de bienes y servicios como satisfactores de cubrir las necesidades de las personas.
Así, de esta manera, todos podemos garantizar la calidad de vida de la humanidad entera usando tecnologías limpias y cuidando nuestro entorno natural.
La UTVAM se une a este concepto por medio de la investigación para poder lograr una prosperidad económica sostenida en el tiempo, resguardando los receptores más importantes de la ecología, que son el suelo, aire y agua, junto con sus nichos y las perspectivas psicosociales de impactos ambientales.
Cuando la primer hormona vegetal llamada auxina fue descubierta en 1928 por Frits Warmolt Went, se pensó que su desarrollo apuntaría al incremento en productividad de los cultivos y huertos frutales y así fue… en parte, luego de que se descubrieran algunas otras hormonas como las gibelinas, cito quininas, el etileno, el ácido abscísico y, más recientemente, los brasinoesteroides.
La dificultad, con todas estas hormonas, es que son muy complicadas de estudiar, porque tiene sus efectos a muy bajas concentraciones en toda la planta y a nivel celular, en donde una misma fitohormona puede actuar sobre varios procesos, así como en un proceso específico pueden actuar varias fitohormonas. Estas características, tan ambiguas de las fitohormonas sobre los mecanismos naturales de la planta, han hecho que se haga más investigación sobre sus efectos.
En la UTVAM, por medio de las labores de investigación, se desarrollan proyectos análogos fortaleciendo estos temas y la sustentabilidad, con el fin de intensificar la producción local de alimentos como una estrategia para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición de los hogares, por medio de invernaderos familiares como lo es el proyecto de “Bioestimulantes promotores del crecimiento vegetal”, donde se estudian diferentes agentes para la inducción de dicho crecimiento, además del control de plagas y enfermedades, a través de la solubilización de fósforo y la producción de reguladores de crecimiento como el ácido indolacético que es la hormona auxínica, que deriva del aminoácido triptófano.
Del mismo modo, la UTVAM está comenzando a efectuar la búsqueda de otras moléculas o agentes activos como las giberelinas, que son las fitohormonas más abundantes y diversas en la naturaleza y también, indaga opciones sustentables de fácil acceso económico para fortalecer la germinación y enraizado con la reutilización de los analgésicos caducos más comunes.
Con referencia a los analgésicos caducos, aquí planteamos una opción de bajo costo mediante la reutilización de estos como germinadores domésticos. Tomamos en cuenta a los analgésicos más utilizados por la población y los que no se usaron o sobraron para que, en lugar de ser tirados a la basura, sean reutilizados como enraizadores y germinadores.
Abelardo López Fernández
Coordinador de la carrera de Tecnología Ambiental UTVAM