Con Ivanka Trump, el papel de bajo perfil de hija del presidente de Estados Unidos podría sufrir una transformación importante.
Tras desempeñar un rol clave durante la campaña, ahora hay mucho interés en la hija de 35 años del presidente electo, Donald Trump. Ella ha estado presente en las reuniones de transición de su padre con figuras de alto perfil, desde el primer ministro de Japón, hasta líderes del sector tecnológico. Ella ha indicado interés en trabajar en temas políticos, como el cuidado infantil.
Como vicepresidenta ejecutiva de la Organización Trump, Ivanka posee su propia línea de ropa y joyería. Aunque tres de los hijos adultos del presidente electo son vistos como asesores, Trump a menudo resalta a Ivanka y ha dejado en claro que le encantaría contar con ella una vez que se mude a la Casa Blanca.
La asesora de Trump, Kellyanne Conway, insinuó días atrás que podría haber una excepción a las leyes antinepotismo para Ivanka Trump y su marido, Jared Kushner, quien dirige un negocio de construcción y bienes raíces.
“Creo que tenemos que revisar bien la ley. Me encantaría tenerlos involucrados”, dijo Trump a Fox News sobre Ivanka y su marido.
Las hijas de presidentes previos han desempeñado papeles sociales en la Casa Blanca. Por ejemplo, durante el mandato de Harry Truman, cuando Bess Truman estaba en su casa de Misuri, su hija Margaret fungía como anfitriona, pero sería algo “sin precedentes” que Ivanka se desempeñara como asesora cercana, dijo Katherine Jellison, quien encabeza el departamento de historia en la Universidad de Ohio.
El Congreso aprobó en 1967 la ley antinepotismo, que prohíbe que el mandatario designe a un familiar para trabajar en una oficina o una agencia bajo el control de la presidencia, pero Conway dijo al programa Morning Joe de MSNBC que la ley “tiene una excepción si quieres trabajar en el Ala Oeste de la Casa Blanca, debido a que el presidente es capaz de designar a su propio personal”.
Sin embargo, Richard Painer, jefe de abogados de ética de la Casa Blanca durante el gobierno de George W. Bush, afirmó: “No creo que esa cláusula exente a la Casa Blanca”. Dijo que la interpretación de Conway sería una política razonable porque pondría a los familiares bajo las reglas de conflicto de interés, pero añadió: “No estoy convencido de que eso sea lo que diga el estatuto”.
Catherine Lucey/AP