A una semana de las elecciones, pasamos de la sorpresa a la realidad. Acomodar mentalmente lo que implica la nueva configuración política del país. De lo que todavía hay incertidumbre es saber cuál será el papel de Claudia Sheinbaum, frente a su predecesor, aunque ha lanzado señales de mesura.Tiene la opción de seguir su propio proyecto dentro de la 4T o serle fiel a los caprichosy proyectos de AMLO. Esto incluye su postura frente a las reformas constitucionales que el Presidente planea sacar en el mes que coincide con el nuevo Congreso, y que ayer se declaró a favor de escuchar y analizar algunas de ellas, como la reforma al Poder Judicial. Con esto puede lograr dar un mensaje de poder e independencia, si logra posponerlas y dejarlas en su turno.
Una vez que el poder cambia de persona, cambian las lealtades y compromisos. Pero aquí estará por verse quién tiene el poder real. Claudia tiene todos los ojos encima, primera mujer, llega con seis millones de votos más que AMLO y con un partido hegemónico. Lo que suceda durante la transición y primeros meses de su gobiernonos dirá que nos depara el sexenio.
Historias de padrinos políticos hay buenas y malas. México ya experimentó en el Maximato (1928 y 1934), lo que es la figura de un líder que aún sin tener el puesto oficial manejaba los hilos de la política. Plutarco Elías Calles dejó la Presidencia, pero no el poder, manejaba a los tres presidentes que le sucedieron, pues era considerado el padre de la Revolución. Caso contrario fue la separación y “llamada a cuentas” de Angela Merkel a su padre y mentor político; Helmut Kohl, quien fue también por 16 años canciller alemán y quien le dio su primera oportunidad política. Una vez que este último se vio enfrascado en un escándalo financiero del partido de ambos, ella públicamente marcó su raya y siguió su proyecto. La historia le dio la razón.
Esperemos que Claudia, asuma su turno. Que marque su autonomía. Que tenga la sensibilidad de saber lo muy polarizados que venimos. Ya declaró que también gobernara para el 40% que no votó por ella. Prudencia, apertura, sensatez, diálogo abierto, eso que nuestro actual Presidente no mostró, esperamos verlo en Claudia.