Solo bastó una persona para que una empresa indemnizara por 333 millones de dólares a 600 personas enfermas por el agua contaminada del pueblo de Hinkley en California. Los más grandes de edad, recordamos la famosa película, por la que Julia Roberts se ganó un Oscar y que cuenta la hazaña de la ambientalista y activista Erin Brockovich. Y no fue solo ese caso que la hizo famosa, sino una demanda más, ganada por 335 millones en 2006, donde alegaba contaminación de cromo en la tubería de agua.
Casos como esos nos inspiran, pero más el ver una acción colectiva sobre una individual, específicamente cuando una ciudad completa se une en un tema en común. Nos gusta actuar en conjunto, sabernos parte de algo más grande que nuestros deseos. Las marchas, concentraciones y manifestaciones, nos hace crecer como ciudadanos y sobre todo pertenecer. Dos conceptos necesarios para hacer que las cosas sucedan: ciudadanía y pertenencia. Nos recuerdan que el poder lo tenemos los que formamos parte de la comunidad, ante el Gobierno y empresas.
Casos de éxito, de eso están hechas las ciudades y países. Los grandes cambios se dan por movimientos sociales. Viene a mi mente el movimiento por los derechos civiles en EU en los años sesenta o la Primavera Árabe, donde en el 2011 salieron a la calle millones de ciudadanos de distintos países árabes para exigir gobiernos democráticos. Estas últimas fueron protestas sin precedentes, que aunque solo Túnez ( donde comenzó todo) ha transitado hacia la democracia y algunos líderes autoritarios fueron revocados, se logró una conciencia histórica que nos demostró al mundo entero que cuando nos unimos se logran los cambios.
Dejar de estar callados y unirnos, es lo que requiere nuestra ciudad. Ya agarramos callo, con la concentración para defender el INE, la marcha del 8M, la recolección de firmas para apoyar acciones en contra de la refinería que afecta nuestra salud, y ahora a exigir en la marcha del 26 de marzo el mejorar nuestra calidad del aire.
Reclamar el derecho a una ciudad segura, sana, funcional y bella, es el comienzo de todo lo demás. Reclamarlo de manera firme, fuerte y sobre todo juntos, lo hace un movimiento imparable.
@guerravaleria