Estamos cerrando la mitad del 2025 y vale la pena hacer un recuento de estos primeros seis meses, hablando de México políticamente. También estamos a nueve meses del Gobierno de Claudia Sheinbaum, quien llegó como la primera mujer Presidenta con muchas expectativas, pero con una encomienda y presión de continuar lo que fue la presidencia de su sucesor.
López Obrador cerró su sexenio con 27 reformas constitucionales, que aunque sus antecesores inmediatos Peña Nieto y Calderón aprobaron más, estas últimas iniciativas buscaron cambiar el rumbo de lo que venía sucediendo en México en los últimos 30 años. Se buscó borrar lo apenas avanzado para fortalecer nuestra frágil democracia y crear los cimientos de la llamada Cuarta Transformación. Un rumbo donde han ido logrando imponer una nueva visión de país. ¿Mejor? El tiempo lo dirá, pero se perciben grandes riesgos.
Lo más significativo es la transformación de los tres Poderes. De tener una autonomía entre ellos, aunque no perfecta, después de la reforma al Poder Judicial podemos observar unos Poderes casi unificados con el Ejecutivo. Podríamos hablar de un poder hegemónico y más después de la desaparición de algunos organismos autónomos.
Expertos y analistas nacionales e internacionales ven con preocupación lo que está sucediendo, principalmente en lo económico y en el debilitamiento de las instituciones, que pone en riesgo los contrapesos al Gobierno. Tanto nos costó salir de la “dictadura perfecta” que representaba el PRI, que ahora estamos regresando a lo mismo.
Los demás retos que enfrentamos definitivamente es la relación con el presidente estadunidense, que se caracteriza por la incertidumbre; nuevo arancel, iniciativa que nos impacta o cambio de política. Y la seguridad, que aunque hay un cambio de estrategia y nuevas acciones, más detenciones y decomisos, aún la población vive con miedo y la inseguridad se respira.
La Presidenta se ha mantenido con una alta aprobación del 77 por ciento, a pesar de lo antes mencionado. Sus programas sociales tienen su impacto. Vamos viendo qué sigue para los siguientes seis meses, esperando por mi parte ver una oposición más fuerte, robusta y seria, que sea un contrapeso a una sola visión impuesta.