Rezar funciona”, publicó en X el gobernador de Texas, Greg Abbott, este domingo, frente a la tragedia vivida en Texas. Cuando los niños sufren, no tenemos palabras, buscamos más allá de lo racional. El saber que niñas de un campamento de verano fueron arrasadas por la corriente, unas encontradas sin vida, otras aún desaparecidas y unas milagrosamente encontradas aferradas a un árbol, no puedes pensar más que en su dolor y el de sus familias.
Las personas se aferran a todo frente a las tragedias, pero sobre todo se unen para ayudar. Ante el sufrimiento nace la solidaridad, la empatía y el hacer hasta lo inhumano para aliviar, aunque sea un poco, la situación. Lo vivido en Texas no es la excepción. No ha faltado ayuda institucional, guardacostas, servicios de emergencia y ciudadanos que no han descansado y no lo harán hasta encontrar a todos los desaparecidos.
Las autoridades han sido criticadas y puestas en duda si no avisaron con tiempo, pero sobre todo por la falta de inversión en sistemas de alerta. Con toda la tecnología disponible y siendo Texas el segundo estado con el más alto PIB de EU, las culpas y responsabilidades serán más exigentes. Se ha mencionado que años atrás se propuso un tipo de alerta cerca del río, pero por su costo no se aprobó. Hasta que pasan los desastres de este tipo, entendemos que lo barato sale caro.
Abbott compartió en rueda de prensa: “La palabra más repetida en las últimas 36 horas ha sido ‘rezar’”. Las familias lo piden, las personas salvadas lo repiten. En un país donde la Suprema Corte validó rezar en público como parte de la libertad de expresión y credo, sus políticos pueden abiertamente pedir todo tipo de apoyo, incluso el sobrenatural.
Ante esta tragedia inimaginable e imágenes desgarradoras, no nos queda más que seguir aprendiendo a vivir con la naturaleza, sabiendo que estos desastres pasan, pero sí pueden ser prevenidos. Como sociedad tenemos que volver a la esperanza y aplicar métodos probadores ante los desastres naturales; reconocer la situación, aceptar los sentimientos, buscar apoyo y concentrarse en lo que se puede controlar y valorar. Pero sobre todo aprender para que no vuelva a pasar.
