Justo cuando creemos que ya aprendimos como país, se repiten las mismas historias.
Parece broma, pero es verdad. El PRI está siendo el PRI. Nunca dejó de ser el PRI. Ni sus intentos de cambiar de imagen con la alianza Va por México, al querer mostrarse moderno, innovador y conciliador. Es una pena que aunque no todos los priistas son iguales, hoy su presidente haya logrado cambiar los estatutos para reelegirse en el poder. Criticaron tanto a Morena y a AMLO que no iba a dejar la presidencia, que en lo que él se va, Alito Moreno se posiciona “a la fuerza” en lo que históricamente era el partido oficial.
En las elecciones pasadas a nivel federal, el PRI obtuvo menos votos que Movimiento Ciudadano, eso ya nos dice mucho. Vemos un partido de salida, otro relativamente nuevo, solo a modo de comparar. Ni la alianza lo salvó. Hoy gobiernan solo dos estados y su militancia se ha reducido 80% desde el 2019 cuando Moreno llegó al poder; de 7 millones 200 mil a 1 millón 400 mil seguidores. Definitivamente estamos presenciando la extinción del PRI.
El PRI es el enemigo del PRI. Han hecho en los últimos años, lo que hacían en sus inicios; centralizar el poder en una sola persona. En una entrevista con uno de los detractores de Moreno, priista de renombre, mencionaba que para un solo regidor del partido se registrara en una planilla para uno de los casi 2 mil 500 municipios, tiene que tener el visto bueno y firma del presidente del partido. Sí, así las cosas en el 2024. Ni un solo movimiento, sin que Alejandro Moreno esté al tanto.
Vimos a los dirigentes priistas de NL muy activos y proactivos en la asamblea, apoyando a Alito. ¿Vivirán en otra realidad para apoyar prácticas antidemocráticas? Porque están llevando al partido al borde del abismo. Y pensar que vienen de regreso con el triunfo de Adrián de la Garza, en Monterrey.
Desaparecieron los candados para agandallarse al partido y perpetuarse unos cuantos en el poder. No hace falta ser adivino, para suponer lo que pasará con el PRI, pero pues en México parece que olvidamos muy pronto las cosas.