En la era digital, donde la información fluye a la velocidad de un clic, ha surgido una legión de individuos que, armados con cámaras y una pasión por compartir sus habilidades, están transformando silenciosamente la manera en que aprendemos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Estos van desde tutoriales de maquillaje, ejercicio, labores de hogar, ideas de decoración, etc. Son los creadores del contenido "Do It Yourself" (DIY) como Craftingeek, Pau Bolzan o Doris Jocelyn y en plataformas como YouTube han logrado crear comunidades de millones de seguidores que se traducen en un beneficio ecológico, económico y creativo.
El ‘Do it yourself’, con raíces en el movimiento punk de los 70, fomenta la creatividad y habilidad manual para transformar objetos desechados en nuevos. Este concepto democratiza el saber práctico gracias a creadores de contenido que impulsan la autosuficiencia, la creatividad y la sostenibilidad. A su vez, el "hazlo tú mismo" se relaciona con las 5Rs: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y reintegrar. Inspiran a experimentar e incluso recuerdan el placer intrínseco de crear algo con nuestras propias manos, de transformar y de reivindicar el valor del esfuerzo personal y la satisfacción del logro.
Además, muchos de estos canales dentro de las plataformas digitales se han convertido en verdaderas comunidades virtuales. En las secciones de comentarios, los usuarios comparten sus experiencias, hacen preguntas, ofrecen consejos y celebran los éxitos de los demás. Se genera un sentido de pertenencia y colaboración que trasciende las fronteras geográficas, uniendo a personas con intereses comunes en torno a la pasión por el DIY. Al adoptar estas prácticas, las personas pueden disminuir su contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la producción y el consumo masivo.
Esto es de suma importancia en países latinoamericanos y caribeños pues, de acuerdo con información de Greenpeace, son las regiones que menos reciclan en el mundo. En el caso de México, datos del gobierno estiman que una persona generará entre 1 y 1.4 kg de basura al día. Por lo que el alza en esta tendencia de contenido vendrá como anillo al dedo.
La reducción en la huella de carbono no es el único beneficio, de acuerdo al sitio especializado Bankrate, los proyectos DYI reducen hasta tres cuartos del precio final de algún proyecto, es decir que la economía del hogar es la gran beneficiaria de esto al reducir el presupuesto en proyectos de mantenimiento del hogar, por ejemplo. Esto sin duda debe ser un gran motor para los usuarios a la hora de aprender de este tipo de contenidos.
En definitiva, los creadores de contenido DIY son mucho más que simples instructores. Son catalizadores de la curiosidad, embajadores de la creatividad y promotores de una filosofía de vida más consciente, sustentable y autosuficiente. Encontrando en el formato de video y las plataformas para distribuirlo un lugar donde amplificar su mensaje.
Su labor, a menudo subestimada, está empoderando a una generación de "hacedores", devolviéndonos la confianza en nuestras propias capacidades y demostrando que, con un poco de guía y mucha voluntad, casi cualquier cosa es posible. Son los héroes anónimos de la revolución del "hazlo tú mismo", y su impacto en nuestra sociedad apenas está comenzando a manifestarse en toda su magnitud.