El Oscar no le dio las nominaciones que muchos esperaban a Barbie, pero no es secreto que no han dudado en usar el superpoder de la cinta de Greta Gerwig para promoverse. Y lo han hecho con un promo en redes, en el que el elenco de la cinta, menos Barbie, emprende una travesía con el conductor de la ceremonia, el comediante Jimmy Kimmel, para regresar a Hollywood porque esta “perdido” y no sabe cómo conducir el Oscar.
Se agradece el sentido del humor: la cara de Ryan Gosling cuando en el promo le informan que su directora no está nominada, eso es la Academia reconociendo el drama sin echarse para atrás (insisto, no veo a quien quitaría para poner a Greta en esa categoría); y también son los productores curándose en salud, después de la desastrosa conducción de Jo Koy en los Globos de Oro.
Cuando Jimmy empieza a identificarse con el discurso de América Ferrera, donde cita todas las paradojas que hacen imposible ser mujer, todos lo ven con cara de “no entendiste nada”; sin equiparar las luchas del feminismo con las batallas de la conducción, la comparación tiene lo suyo.
Algo pasa que nos predisponen a odiar lo que no sea como esperamos. Y la conducción es siempre uno de los principales blancos. Jimmy es bastante seguro; no es Gervais, quien insulta a todos, y tampoco es Noah que puede ser adorable y controvertido. Sin embargo, sí es demasiado amable y correcto las hordas iracundas anti woke se irán contra él. “Es imposible ser el host del Oscar” y salir bien librado. Sobre todo porque este año inicia una hora antes, hay mal clima en California y si todos llegan tarde como en los Grammy el monólogo de entrada puede ser un gran reto para superar. Les contaremos como anda todo desde las trincheras.