Para ser precisos es la muerte de su alter ego Slim Shady al que se refiere el título de su nueva producción que se escucha para el verano. No es la primera señal que el brillante rapero de Detroit ha mostrado sus intenciones de alejar a la persona del personaje, pero la manera en la que nos están vendiendo este álbum es brillante.
Todo empieza con un adelanto de lo que parece ser uno de esos shows de crimen que por algún motivo no pueden pasar de moda. ¿Recuerdan cuando discutían entre ellos a través de brillantes y violentas rimas a modo de rap para saber quién era el dueño de las acciones de Marshall Mathers? (su verdadero nombre).
Vaya que es cierto que ha cultivado muchos enemigos con el pasar de los años, desde 1997, para ser más específicos, pero es muy difícil imaginar que quien realmente haya “matado” al personaje no sea una nueva reencarnación o divergencia del hombre. No podemos dejar de pensar cuando lo veíamos reflexionar sobre el daño que hizo, como es el caso de la canción “Headlights” (2013), donde con la colaboración de Nate Ruess, le hace una canción de arrepentimiento a su madre, a quien tanto le recriminó en obras maestras como “Cleaning Out My Closet” e incluso en la gran película 8Mile.
Soy una álgida fan de Eminem. Del hombre que destruye y cuestiona todo lo que toca. Confieso que amo lo que es posiblemente su canción más toxica “I Love The Way You Lie”, donde hace equipo con Rihanna y me hace temer hasta mis propias emociones.