Le temo a mi algoritmo. ¿No les pasa? Cuando empiezo a ver demasiadas fotos del candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos, JD Vance, vestido en drag, asumo que es mi culpa. No sus elecciones de vestimenta, pero sí el hecho de que se me aparezca demasiado seguido. Lo mismo me está pasando con videos de “analistas” de YouTube que aseguran que ya se le acabó la campaña a Donald Trump después de que Kamala Harris entró a la carrera. Pero no es solo mi culpa, estos republicanos están desvariando de maneras que nos hacen reir mucho, y no, no hablo del vestido de Vance.
El señor se puede vestir como quiera para Halloween (asumo), pero no puede atacar los derechos de los demás a decidir cómo proceder en la vida si tiene tantos… ¿zapatos? en el clóset. Tampoco puede pretender que no atacó a un sector enorme de la población hace años, cuando criticó a las “mujeres sin hijos con gatos”. Amigo, date cuenta.
Para tropiezos espectaculares, su jefe sigue siendo el rey. No importa si tiene o no que pagar los derechos por usar la imagen de Celine Dion y la música de “My Heart Will Go On” en uno de sus eventos. Sí le afecta que la diosa se burle de él en un comunicado en el que después de decir que ni ella ni Sony Music apoyan la campaña, ni otorgaron los derechos, ella remate con: “¿Y, en serio? ¿Esa canción?”. Titanic político a la vista.
Cuando no son ellos son sus lacayos de Fox News, que le tienen tanto miedo a Taylor Swift que la están atacando solo por suponer que apoyará a Kamala. No se han estado fijando en nada, ¿verdad?
Cuando tengamos más tiempo les cuento cómo Trump se aventó contra Joe Rogen, posiblemente el podcaster más influyente para los aún indecisos en Estados Unidos. En serio, están desorbitados. ¿O será solo que ya arruiné mi algoritmo riéndome de ellos? Es posible también.
