Antes de que se conociera en México El extraño mundo de Jack, mis amigos geeks y yo ya nos vestíamos de negro, cantábamos en la escuela a todo volumen “Ooogie Booogie Man” y sí, nos regocijábamos en nuestra “rareza”. Me gustaría decir que hacíamos eso antes de que estuviera de moda, pero no hay generación que no haya tenido sus versiones de ello. Los mismos Locos Addams (otro día hablamos de las traducciones) lo dejaron muy claro en 1964, y en todas sus reversiones a partir de ahí. Una obsesión en la que lo maligno se presenta como virtud, claro, mientras nadie fuera realmente lastimado; es lo que a tantos nos ha servido como escudo e identidad ante un mundo hostil.
Por todo lo anterior, a partir de este lado oscuro de la cultura pop, cosas como el sarcasmo, el humor cruel y la superioridad intelectual ante nuestros adversarios han generado tan grandiosos personajes. Me encanta que ahora sea Merlina quien destaque con su propia serie, una dirigida por Tim Burton para mejorar la cosa, y que los mensajes envueltos en iconografía de terror y tortura sean tan positivos al final.
Jena Ortega, quien interpreta a la hija de Morticia y Homero, está fenomenal, y la serie, que algunos llaman palomera, es sin duda divertida, por ello desde su estreno está en los primeros lugares. Pero si se fijan bien, más allá de los maravillosos remates de la protagonista y las obvias referencias a cosas como Harry Potter y X-Men, no me cabe la menor duda que el mensaje de autoestima, autenticidad y congruencia son también gran parte de la delicia de esta serie de Netflix.
Twitter: @susana.moscatel