Antes de que saliera la primera cinta de Spider Man con Tom Holland, el muy joven actor vino a México a hacer promoción. Ya era conocida su asignación en el universo Marvel y su vida estaba a punto de cambiar más que la de Peter Parker después de que lo mordió la araña radioactiva, pero sabía que le quedaban pocos momentos de un muy moderado anonimato y los aprovechó a lo grande. Cuando le preguntaron ¿qué quería hacer?, la respuesta me llenó de emoción: Holland, quien venía con su escuadrón de amigos listos para la aventura, decidió ir como un miembro más del público a ver Billy Elliott, que en ese entonces presentaba Alejandro Gou en el teatro CC1.
Es una linda anécdota por donde lo veamos, porque no podemos olvidar que Holland interpretó a ese maravilloso niño bailarín en el escenario de Gran Bretaña tiempo atrás, y considerando que sus cintas de Spidey tienen todo que ver con encontrar, de cierta forma, el camino a casa, pues fue aún más significativo.
Fue muy divertido ver cómo se le presentó al elenco, incluyendo a David Álvarez, quien ahora protagoniza Amor sin Barreras, y más cuando la producción ofreció dejarlo volver como Billy al teatro; agradecido, dijo que ya pasaría mucho tiempo colgado del techo, que si no.
Esta cinta es, y por siempre será, un fenómeno por muchos motivos: el principal, porque regresó un poco de fe a las taquillas. Saber que nuestros superhéroes tienen estos talentos e historias en su haber, solo vuelve su éxito más sentido y con sentido.
Susana Moscatel
Twitter: @susana.moscatel