La vida da muchas vueltas y lo que fue una tragedia ahora es un gran triunfo de justicia. Óscar Álvaro Montes de Oca está libre y con él los sueños de probidad, honradez y firmeza de muchos universitarios, que hoy ven en Jorge Olvera García un rector de la Máxima Casa de Estudios mexiquense en quien pueden confiar. Y hablar de confianza en estas épocas es un tanto difícil; sin embargo, el haber respaldado hasta las últimas consecuencias a un ex alumno demostró que la universidad, responde por sus buenos estudiantes.
Además de elevar el nivel de credibilidad en la Universidad Autónoma del Estado de México, la posiciona como una institución cercana a sus comunidad, algo así como un clan, una especie de hermandad en la que los superiores respaldan a sus pupilos, cosa que no han logrado muchas otras Universidades ni de paga ni públicas.
Decía mi abuela que cuando haces bien te va bien y en muchas ocasiones lo he comprobado. Hoy Jorge Olvera demostró ser un hombre leal y con principios, que además de ser un buen académico tiene la sensibilidad de tratar un asunto humano que mediáticamente lo posiciona como un buen político.
Un político que se encuentra en el ánimo de los jóvenes, porque lo ven como alguien solidario, que los entiende y hace suyos sus problemas, cosa que ningún actor mexiquense, que ha pretendido estar en el ánimo de ese sector, ha logrado a cabalidad.
Esta acción y otras tantas lo suben a la plataforma de los candidateables a la gubernatura, la meta es dentro de dos años, tiempo suficiente para que Olvera García siga demostrando que podría ser un buen gobernador, la cosa aquí es que el partido que lo podría postular -PRI- exige en sus estatutos que, quien aspire a ser, haya tenido un cargo de elección popular, lo cual, se soluciona si lo lanzan por el Verde.
Esta jugada traería por consecuencia sangre nueva a la clase política y un respiro al Revolucionario Institucional que está tan desgastado en suelo mexiquense.