Esperaba un informe de gobierno diferente. Desde los primeros spots, el triunfalismo, en mi opinión, fue demasiado y lejos de ayudar a la comunicación del gobierno, coadyuva a la pérdida de credibilidad.
Con solo escuchar algunas de las líneas que el equipo definió para la campaña de comunicación en torno al informe, se advierte el contraste entre lo que nos venden y la realidad que se observa todos los días.
En un estado con tantas carencias y con tantas historias desgarradoras como el nuestro, un informe de un gobierno no debería ser la plataforma para el autoelogio.
Me quedé con ganas de ver un ejercicio que naciera desde la humildad y de profunda empatía por la gente.
Y en esto quiero ser muy claro, este tipo de informes no ha sido exclusivo del gobierno actual, también en gobiernos pasados hemos visto informes pensados más en la burocracia que en la gente, en el ego que en la conciencia.
Que diferente hubiera sido que nos mostraran un gobernador cercano, a un gobierno que no teme reconocer lo que falta porque sabe que el ejercicio del poder no es perfecto ni infalible, a las historias que hay detrás de las acciones y no a las cifras que no consuelan a nadie como las que nos quieren hacer ver un estado seguro.
El triunfalismo es ofensivo cuando uno ve todas las necesidades que hay y cómo vivimos; los gobiernos tienen que dejar de ver cómo lucirse y empezar a pensar cómo lo hace la ciudadanía que no se beneficia del poder, pero sí de un buen gobierno.
Digamos la verdad, somos un estado donde se vive con una inseguridad arraigada, donde pocos se atreven a transitar las carreteras de noche, donde los comercios pagan cuotas, donde faltan medicinas y oportunidades.
Y lo vuelvo a decir, no es responsabilidad exclusiva de este gobierno, pero por sentido común esperaba un informe más aterrizado.
En todo el país hay pocas obras de infraestructura comparadas con otros periodos, porque gran parte de los recursos se destinan a lo social. En todo el país el sistema de salud enfrenta retos. En gran parte del país hay inseguridad y el crecimiento económico vive un momento complejo.
¿Por qué salir a reflejar una realidad que no vivimos? Me han dicho que el sentido común es el menos común de los sentidos, y la comunicación que los asesores han diseñado para este informe, en este momento de la vida del país, lo deja claro.
Felicito todos los esfuerzos, no el plan de comunicación.