escuchaba la noche del martes 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la canción “René” del artista del mismo nombre mejor conocido como Residente, se trata de un retrato íntimo, triste y nostálgico, que en una parte narra el esfuerzo de su madre por sacarlos adelante:
“Clase media-baja, nunca fuimos dueños. El préstamo del banco, se robaba nuestros sueños. La cuenta de ahorro vacía. Pero mami bailando flamenco, nos alegraba el día. Dejó de actuar pa’ cuidarnos a los cuatro. Y nos convertimos en su obra de teatro. Ella se puso nuestras botas. Y su vida fue de nuestros logros y nuestras derrotas.”
Inmediatamente pensé en el esfuerzo de mi madre, pilar de la familia a la que le debo todo. Ha trabajado desde los 19 años. Cuando egresó como maestra, pudo quedarse en Tamaulipas gracias a su promedio.
No le fue heredado nada más que educación. Mi abuelo jamás tuvo vehículo, mucho menos una casa. Mi abuelo y mi abuela se les fueron muy pronto a mi tía y a mi mamá.
Desde entonces no paró de luchar, de esforzarse y de estudiar. De la secundaria a la normal básica, de la normal básica a la normal superior, de la normal superior a estudiar dos maestrías.
Hay muchos recuerdos de felicidad y de adversidad, pero no se me olvida nunca cuando me contó que un día, se fueron a dormir sin saber qué iban a comer al día siguiente, mi hermano tenía dos años, el que escribe no estaba ni en planes.
Mi papá estudiaba y trabajaba, mi mamá recorría todos los días 72 kilometros para ir a impartir clases. Me cuenta que ese invierno en Victoria había un frío atípico y el carro se había descompuesto por la helada.
Los sueldos apenas alcanzaban para salir con los gastos fijos. Con mucha fe, se fueron a dormir con la confianza de que todo iba a estar bien. La mañana siguiente llegó una persona conocida para agradecerles un favor que le habían hecho seis meses antes. Llegó con una olla de tamales; ella nunca supo pero le resolvió a mi familia días complicados.
Nunca he conocido una mujer que no sea fuerte, pero estoy seguro, como millones de mexican@s, que la más fuerte la tengo en casa. La lucha de las mujeres mexicanas se ha posicionado con mucha fuerza en los últimos años, pero esa lucha por sus derechos y por oportunidades viene de antes, toma fuerza hoy y tiene que seguir siempre. Gracias mamá, gracias por todo y por tanto. _