La inversión es la columna vertebral de cualquier gobierno, no solo depende de los recursos públicos, la mayor parte proviene del sector privado bajo los tres factores que condicionan el rumbo del plan de desarrollo: la compensación del rendimiento esperado, el riesgo aceptado y el horizonte temporal.
La inversión está destinada a impulsar el bienestar del municipio o estado, reforzando las políticas públicas pese a que la inversión pública está etiquetada para sobrevivir a la autoridad mientras que la privada impulsa el desarrollo y genera mejores salarios y empleos a nivel general.
Pese a que los gobernadores buscan inversiones nacionales o internacionales los resultados no favorecen esto porque no han tenido los estudios necesarios que impulsen el interés en su estado, en el caso de Hidalgo el gobernador Julio Menchaca, pese a sus intenciones, sus antecesores no prepararon la mesa para atraer inversiones, como serían mejores servicios, vida social, económica, que facilite a los empleados tener una vida accesible a sus intereses personales, no basta eso, no hemos visto ningún apoyo que ofrezca el estado para esas empresas, lo único que han anunciado es facilitar los trámites, en otros estados perdonan impuestos, generan escuelas modernas para los hijos de los empleados, mejoran el ámbito social.
La llegada de Tesla a Hidalgo es para reflexionar, el gabinete del gobernador debe preocuparse por construir infraestructura social, económica, porque la entidad está en capacidad de tener todos los servicios, más la mano de obra calificada, lo único que falta es que atiendan esta estructura social y económica para que aumente el interés de esa empresa y se establezca en el estado.