La semana pasada fueron desplegados más de 778 elementos del Ejército Mexicano, Guardia Nacional y Policía estatal como parte de las acciones de seguridad, combate a la delincuencia y cero impunidad en el estado luego de los desmantelamientos de tres centros de almacenamiento y venta clandestinas de combustible, como los que se han detectado en municipios como Santiago Tulantepec, en colonias como Las Palmas, y otras zonas del Valle de Tulancingo, hidrocarburo presuntamente extraído de manera ilegal, es decir, “huachicol”.
La percepción ciudadana reflejó gran aceptación porque está de por medio su seguridad, desde hace varias décadas la gente no se sentía tranquila, menos convive con paz social por el control que tiene el crimen organizado, el cual maneja el robo de combustible y el comercio al menudeo de drogas de todo tipo. Además, esto pone a Hidalgo siempre en el primer lugar en robo de combustible a nivel nacional.
Ese día la autoridad aseguró a 11 personas, en su mayoría son conocidos por su actividad ilícita en esa zona, para la sociedad generó un respiro de esperanza ya que puede sentirse libre, sin miedo al crimen organizado y que vuelve a tener sus actividades normales fuera de la presión y control de esta gente.
La mayoría de los vecinos califican este inicio de año del gobierno actual encabezado por Julio Menchaca como el comienzo de la limpia que la mayoría de los hidalguenses estaba esperando para que retorne la paz, pueda sanearse el tejido social y se combata de manera eficaz la inseguridad y el “huachicol”.
Hay que reconocer la voluntad del gobernador de cumplir su promesa electoral de devolver la paz al estado de Hidalgo, pero también se deben tomar en cuenta las acciones y coordinación con la Guardia Nacional y el Ejército, además de que hay que destacar la participación de los gobiernos municipales, primeramente señalados, por no luchar contra los delincuentes que ordeñan ductos de Pemex.