La importancia de diferenciar a líderes eficaces o destructivos depende de su trayectoria y resultados de trabajo. Mientras que podría considerarse como líder ausente a aquella persona que ocupa un puesto de liderazgo pero que está oculto, evitando la participación significativa con su equipo de seguidores.
Si bien es cierto que los efectos de este liderazgo pueden reaparecer en cualquier tiempo surgen mayormente cuando sus intereses personales los obligan o cuando se da la oportunidad de servir a otro proyecto para tener un beneficio propio.
En cualquiera de estos casos el líder ausente trae más problemas en la medida del tiempo y la forma en que se presenta, además de la manera en que sus seguidores generan la posibilidad de lograr los objetivos colectivos después de una ausencia que no les permite tener el mismo interés. Aunque el impacto del liderazgo ausente se da en sus seguidores solamente porque se identifican con el pasado o con algunos actos que han tenido en relación con el líder, sabiendo que día a día cambian los factores y se crean otros intereses y no enlazan con el impacto esperado de la gente.
Es el caso del profesor José Guadarrama Márquez, quien después de seis años ausente en Hidalgo vuelve a levantar la mano para registrarse como precandidato a la diputación federal por el Partido de la Revolución Democrática, sabiendo que la mayoría de sus compadres han fallecido o están en otro partido, ya no tienen impacto con la gente, tienen otro interés político o crecieron como líderes en otras facciones políticas. Hoy la gente lo identifica como líder ausente oportunista, solamente aparece cuando sus intereses lo requieren.
