El sismo, conocido como un movimiento telúrico o terremoto se considera una catástrofe de la violenta sacudida y fracturada naturaleza de la tierra por causas internas en algunas zonas geográficas; un temblor de menor intensidad puede ser denominado sismo, movimiento que se produce por el choque de las placas tectónicas cuyas principales causas son la deformación de las rocas contiguas a una falla activa que libera energía potencial acumulada y producen temblores. Aunado a los procesos volcánicos que generan sismos, los expertos califican que los sismos se pueden producir por consecuencia de una serie de importantes cambios como lo es el régimen fluvial de una zona.
Existen zonas con mayor tendencia a sufrir sismos, se trata de aquellos regímenes donde la concentración de fuerzas generadas por los límites de las placas tectónicas, hacen que los movimientos de reajuste sean más frecuentes, tanto en el interior de la corteza terrestre como en la superficie de la tierra. El foco sísmico o hipocentro, es el punto interior de la tierra donde tiene lugar el sismo y sus ondas sísmicas repercuten con mayor intensidad. Debido a la ubicación geográfica de México, existen regímenes que son especialmente vulnerables ante fenómenos naturales como el sismo y pese a la contaminación, la falta de reforestación y expansión de la mancha urbana, la Ciudad de México incrementó de 2.9 por ciento a 4.17 por ciento la representación de la biodiversidad de la nación en el cual parecería que cada vez hay menos espacios verdes; existen más de 4 mil 500 especies de fauna y flora, entre ellas 355 especies de aves y 3 mil 65 de insectos. Estas cifras revelan el estado del estudio compilado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, dicho estudio detecta la evaluación de los servicios ecosistémicos y la importancia del daño aportado a la urbe, en particular la situación que juega el suelo y que causa o bien genera el riesgo que vive la ciudad cada vez que se sacuda y fracture la tierra o el suelo.
Lo anterior va de la mano con el movimiento sísmico, circunstancia que proviene del descuido de la conserva ecológica en la zona de riesgo al desaparecer la flora y la fauna. Como parte de la estrategia que ejerce el gobierno, no basta con aplicar la tecnología tectónica, la autoridad debe promover y reiterar la responsabilidad que tiene del cuidado y mantenimiento de la reserva ecológica a corto, mediano y largo plazo, para poder asegurar que lo que existe se conserve y se incremente para recibir de alguna forma, con menor intensidad el desastre natural y evitar que se dañé el suelo de la zona.
Se tiene que dar énfasis en el beneficio, porque al cuidar y tener una estrategia de conservación de la biodiversidad y tener indicación sobre cuál debe ser la prioridad del cuidado y uso sustentable. También involucrar a la ciudadanía en la decisión estratégica socio política y las acciones que realicen y gestionen para que haya una corresponsabilidad y que no sea sólo la obligación del gobierno. Lo cierto, es que a la fecha la autoridad correspondiente no ha tomado en forma y tiempo la importancia de los aspectos ambientales relacionados al impacto de los sismos, en los sectores de la industria, la ecología, el sanitario, los residuos y escombros que no han sido tomados en cuenta al evaluar los efectos y daños que provocan en el desastre natural.
Concluyendo, se debe recordar que la sismisidad histórica será elemento importante para definir las circunstancias y el motivo del desastre natural, a la vez que se puede afirmar donde han ocurrido sismos muy destructivos, por lo que si no se cuidara la biodiversidad, y las autoridades no atienden los problemas ecológicos desde el fondo, volverán a ocurrir sismos con más gravedad y mayor desastre.