Hace casi tres semanas, los millones de fieles que pertenecen a la Iglesia La Luz del Mundo, recibían la invitación del apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García, para iniciar un centro de acopio de víveres por congregación en todo el mundo.
Cada congregación seguiría los criterios generales para la integración de despensa y debida entrega a los más necesitados: familias con adultos mayores solos y sin fuentes de ingreso; familias en situaciones de pobreza; familias que debido a la contingencia de salud habían perdido sus fuentes de ingresos.
A la par, se fortalecería el consumo interno para que, los que tuvieran algún tipo de ingreso más o menos fijo, ayudaran a los que no tuvieran o que emergían con ventas al consumo directo de comida o algún otro bien de primera necesidad.
La respuesta no se hizo esperar. En los 60 países en donde tiene presencia la Iglesia los fieles respondieron y se llevaron los insumos para la integración de despensas. Cada despensa tiene un valor aproximado de mil pesos, en promedio en México.
En Estados Unidos, cada despensa tiene un valor aproximado de 100 dólares. Luego vino el proceso de entrega guardando las debidas medidas sanitarias y de seguridad establecidas por la OMS y los gobiernos locales.
Las redes sociales reflejaron el proceso de entrega en comunidades y zonas vulnerables, a familias de escasos recursos así como algo significativamente importante: muchas despensas fueron entregadas –y están siendo entregadas- a personas ajenas a la fe de La Luz del Mundo.
En este contexto, el acopio se ha hecho permanente y no solo de productos perecederos. Productores de Michoacán que también son creyentes de La Luz del Mundo, en este semana regalaron más de 25 toneladas de jitomate y un número similar de otros productos.
El corte de esta semana habla que se han entregado cerca de un millón de despensas a cientos de familias –se calcula que cerca del 40 por ciento del millón han sido para personas ajenas a la fe de La Luz del Mundo- en las miles de congregaciones en 60 países en las últimas dos semanas, habla por sí solo del trabajo realizado por el apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García.
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