El 29 de diciembre del año pasado, Sudáfrica entregó una solicitud para iniciar un procedimiento legal contra Israel por genocidio. El documento fue presentado ante la Corte Internacional de Justicia, órgano judicial de Naciones Unidas establecido en 1945, también conocido como el Tribunal de la Haya, para resolver asuntos entre los Estados parte que expresamente acepten la jurisdicción de la CIJ (declaración de sometimiento), acuerdo voluntario o que hayan suscrito algún tratado internacional y sean demandados por la violación de ese tratado.
En su argumentación, Sudáfrica asegura que los “actos y omisiones de Israel son de carácter genocida”, porque las acciones de Israel para acabar con los integrantes de Hamas se circunscriben en la definición establecida en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, aprobada en 1948. Además, solicita medidas provisionales para que se suspendan inmediatamente las operaciones de Israel en y contra Gaza, que se permita el ingreso de ayuda humanitaria y que se tomen medidas razonables para evitar el genocidio.
El pasado viernes, la CIJ resolvió no ordenar un cese al fuego en Gaza, pero pidió a Israel tomar medidas para evitar un genocidio. El tribunal reconoció, así, el derecho de Palestina a ser protegido contra actos genocidas. La decisión de la CIJ es preliminar y pueden pasar muchos años para saber si dicha instancia considera o no a Israel como genocida. Al mismo tiempo, no se sabe si Israel acatará las medidas ordenadas por la Corte y tampoco se sabe cómo se verificará o probará que las resoluciones vinculantes para Israel tuvieron el efecto deseado.
El modelo universal de Naciones Unidas que se ha ido consolidando es imperfecto, no obstante, es el único modelo que se tiene para evitar arbitrariedades entre los Estados firmantes de la Carta de Naciones Unidas. Con todo y las limitantes, los procedimientos largos y la falta de voluntad de algunos Estados por acatar las disposiciones de los órganos jurisdiccionales de Naciones Unidas, es una buena noticia el fallo preliminar de la CIJ. Es la forma imperfecta de garantizar que llegue la ayuda humanitaria a esa zona del planeta, en donde se han asesinado a más de veinte mil civiles en los últimos cinco meses.
Ésta no es la primera ocasión en que la CIJ se pronuncia sobre un tema relacionado con Israel. En 2003, la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó una resolución en la que le solicitaba a la CIJ una opinión consultiva sobre las consecuencias legales por la construcción de un muro o valla por parte de Israel dentro de los Territorios Ocupados. Aquella ocasión, el tribunal falló para que dicha valla fuera demolida o desmantelada y, además, debía reparar el daño causado