Busqué otras palabras, pero no se me hicieron ni tan sinceras ni tan directas para describir el contexto electoral en Nuevo León durante los últimos días. Y sí, me refiero específicamente a que Adrián de la Garza dobló las manos con una decisión que tumbó a sus aliados. Equivalente a esos soldados que retroceden en una batalla, pero que lo hacen disparando a lo loco sin importarle lastimar a sus compañeros; los mismos que llevaban meses atrincherados en el frente de guerra esforzándose, invirtiendo cientos de miles y cohesionando una estrategia tricolor que hoy fue desangrada por las balas del equipo de campaña de Adrián cuando decidieron retroceder y otorgarle la constancia de residencia a Colosio.
¿A qué me estoy refiriendo? Déjame ponerte en contexto sobre la confrontación electoral entre Cienfuegos y Colosio, y saca tus propias conclusiones:
1) Luego de meses de acusaciones recíprocas, el choque entre priistas y emecistas por definir si Luis Donaldo “reside” en Monterrey llegó a un cuello de botella donde alguien debía amarrarse para forzar el resultado. Con abogados y los cuadros de Santa Catarina y Monterrey alineados a la estrategia de Paco, quedaba muy claro que legalmente podían estirar la liga hasta traspasar los límites que a Colosio le incomodaban.
2) Ya sabiendo que las partes no cederían, los naranjas insertaron la retórica de la guerra sucia para apoyarse en un contexto familiar, donde la sensibilidad social siempre será más seductora que el maquiavelismo político.
3) Con lo legal enfrentándose a lo moral y sin un claro vencedor, fue la “percepción” la que entró a escena mientras ninguno de los dos bandos cedía. Parecía que ambos “morirían” en la suya hasta que lo impensado ocurrió, y por eso la enfermería del cuartel de campaña de Cienfuegos ahora está desbordada y muy encabronada
¿Qué pasó?
Desde México, Salinas le marcó a Medina para pedirle que dejen en paz al “Principito”. Llamada donde también se aclaró que no implicaría entregarle la alcaldía a los naranjas ni pedirle a Francisco que se baje de la contienda, pero sí que soltaran al chamaco.
Luego, y aquí lo clave, Rodrigo conversa también con Natividad y orientan la situación hacia lo perjudicial que está siendo para Adrián de la Garza dicho golpeteo a Colosio. Contexto que expliqué en el punto tres cuando menciono que la “percepción” domina las demás variables y termina por nublar de pánico al equipo de campaña del ex alcalde.
Acto seguido, ayer, martes 24 de febrero, Adrián anuncia que se acaba la polémica y Colosio recibirá la tan disputada constancia de residencia que lo validará para ser candidato a la alcaldía regia.
Conclusión:
La decisión que tomó el equipo de campaña de Adrián (aconsejado por Medina y Natividad) demuestra gran debilidad para la toma de decisiones importantes en momentos claves. Y ojo, porque satanizar la guerra sucia sería no entender cómo se opera en la política real y aquí lo que ocurrió fue que el PRI no demostró unidad.
Adrián no se siente fuerte frente a Clara Luz y para salvarse él, decidió soltarle la mano al equipo de Paco con el que comparte techo desde hace meses. ¿Qué ocurrirá? De la Garza está muy confundido si cree que esta falsa bandera moral lo salvará del ataque que recibirá de los “operadores” de Flores durante las próximas semanas. La debilidad se huele a kilómetros.
Mientras tanto, Colosio sonríe y saborea un primer triunfo con beneficio doble. Enfrente, Cienfuegos deberá demostrar temple con los suyos y enfocarse sobre una campaña en la que ha invertido mucho más que el resto y además recordarse (a sí mismo) que la guerra por Monterrey apenas comienza…