La tarde del 9 de julio pasado, un operativo montado por la Guardia Nacional logró la liberación de una menor de edad secuestrada. La niña estaba en un terreno en Coacalco, Estado de México, hasta donde llegaron los agentes quienes descubrieron algo aterrador: los plagiarios eran policías ministeriales y funcionarios de la Fiscalía del Estado de México.
En flagrancia detuvieron a cinco personas, dos de ellas –un hombre y una mujer- policías de investigación del Estado de México. El policía, de complexión robusta, rostro moreno, que vestía pantalón de mezclilla y camiseta tipo polo roja, aparecía en una fotografía tirado boca abajo, al lado de otros cuatro más. Luego se mostraba en otra imagen ya con las esposas en la espalda. Se trata del agente ministerial Ernesto Ricardo Becerra Arellano, señalado durante años de fabricar carpetas para culpar a inocentes que no se dejaban sobornar al momento de su detención.
Este policía de investigación es conocido entre los ministerios públicos y funcionarios alrededor del aparato de justicia por ser acusado de manipular expedientes, bajo el cobijo del fiscal general del Estado de México, Alejandro Jaime Gómez Sánchez, y del Director General de Litigaciones, Fernando Ulises Cárdenas Uribe.
No hay que olvidar que Cárdenas apareció en un video filtrado en redes en abril de 2016, dando órdenes a su equipo de que debían ganar los juicios a como diera lugar aunque los procesados fueran inocentes. "¿Quién dijo que los delitos no son inventados? ¡Eso es de toda la vida! (...) De 10 asuntos tienen que ganar ocho y perder dos", se le ve decir en la grabación.
Pero en México, a veces lo que debería ser un escándalo no lo es: Cárdenas no fue investigado, ni sancionado -según respuesta a una petición hecha vía transparencia por esta periodista- y continuó en el cargo aún cuando se desprendió la Procuraduría para convertirse en Fiscalía.
Ernesto Ricardo Becerra, quien fue detenido durante el secuestro, es conocido por ser parte de su círculo cercano.
La sorpresa vino después de lo dado a conocer por la Guardia Nacional: en el proceso penal contra los detenidos, ya por parte de la Fiscalía del Estado de México, en la Fiscalía Antisecuestros de Tlalnepantla, ya no apareció. Simplemente no fue presentado a proceso de la audiencia de control, para formularles la formal imputación.
La Fiscalía sólo presentó a Guadalupe Ximena (policía de investigación, cercana a Becerra), Alfonso L, Luis Antonio R, y Alberto C.
¿Qué pasó Becerra Arellano? ¿En qué momento fue dejado en libertad? Y sobre todo ¿por qué?
En una tarjeta informativa la Fiscalía explicó que Becerra Arellano “si bien aparece en las fotografías, en realidad él era una víctima que acompañaba a uno de los adultos privados de su libertad”.
¿Es verosímil que un policía de investigación que trabajaba de la mano con una de las supuestas secuestradoras, y que fue detenido en flagrancia por la Guardia Nacional, finalmente haya sido declarada “víctima”?
La misma tarde del 9 de julio y la siguiente, diversas familias acudieron a las oficinas de la Fiscalía General de Justicia en San Cristóbal Ecatepec para denunciar a Becerra por haber detenido a parientes suyos, pedirles dinero a cambio de dejarles libre, y fabricarles carpetas falsas. Pero las quejas no fueron escuchadas por las autoridades, ni las denuncias recibidas.
¿Por qué se daría esta protección a este funcionario?
¿Por qué no es un escándalo que fuera liberado de inmediato sin un proceso cuando ya había sido arrestado por la Guardia Nacional?
En México, lo que debería ser un escándalo a veces no lo es.